El tirador de San Vicente dice que volvería a disparar - Asteriscos.Tv
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21 de noviembre de 2024
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El tirador de San Vicente dice que volvería a disparar
Madonna Quiroz, el hombre que disparó durante el traslado de los restos de Juan Perón a la mítica quinta, se puso el buzo y prepara a un equipo de mujeres. Los detalles
7 de agosto de 2007
“Sinceramente, si estuviera otra vez en esa situación...creo que volvería a hacerlo”, le dijo a la revista Gente Madonna Quiroz, el hombre que hace diez meses fue protagonista de la batalla de San Vicente, cuando el país lo vio disparar durante el traslado de los restos del ex presidente Juan Domingo Perón a la mítica quinta.

Entonces Emilio Madonna Quiroz –del gremio de los camioneros que lidera Hugo Moyano– disparó a quemarropa contra manifestantes de la UOCRA.

Después de estar en prisión, hoy tiene un nuevo oficio: dirige un equipo de fútbol femenino en la liga del partido de Almirante Brown.

Aquí está el DT más popular del fútbol del Club Castelli de Longchamps ( ¿y por qué no?, también de toda la Liga de Fútbol Femenino de Almirante Brown, la LIFFAB), que para no perder su estatus de celebridad repite una y otra vez esa puesta en escena.

“Nunca tiré a matar: lo hice para evitar una masacre mayor y salvar la vida del resto de los compañeros”, le explicó con tono mesiánico al juez de Garantías de La Plata, César Melazo.

Después de ser acusado de tentativa de homicidio y haber soportado casi tres meses de cárcel, Quiroz se sacó la pechera del Sindicato de Camioneros (donde desempeñaba actividades varias, como manejar los autos de Pablo Moyano, hacer asados o cuidar las espaldas de su jefe con revólver 9 milímetros incluido) para ponerse el buzo de DT de un equipo de chicas.

Hoy, el hombre aprovecha los privilegios que le da estar de este lado de las rejas: como técnico de Las del Mado, muestra su costado más humanitario.

Se preocupa por sus jugadoras lesionadas (“Negra, si necesitás algún remedio, me avisás”, le dijo el domingo 5 de agosto a una de sus chicas, caída en el piso) y prepara un asado cada quince días; en su vida cotidiana continúa coleccionando ratas de laboratorio y escuchando los discos de la artista que le dio su apodo. Aunque en el barrio, donde siempre llamaron la atención sus movimientos y sus horarios, dan su versión acerca del apodo: “Todos los días llegaba al barrio en un auto distinto, escuchando a Madonna. Y todos decían: ‘Este tiene más plata que Madonna’”.

Los Moyano le dieron unas vacaciones forzadas a su guardaespaldas-pistolero (“Ahora estoy de licencia en la empresa Luján de Cuyo, de donde soy delegado gremial”, explica él), que viaja libremente por el país, como cualquier ciudadano.

Lo primero que hizo al recobrar la libertad fue visitar a su hija Karen en Las Heras, Mendoza: no había podido acompañarla el 21 de diciembre, en su cumpleaños, ya que estaba tras las rejas. “Era una cuenta pendiente”, reconoce entre los suyos.

Este morocho de no más de un metro sesenta de estatura no pierde el tiempo. Claudia González, su segunda mujer, lo define como un semental de 37 años, que va por su décimo hijo: “Va a nacer en octubre. ¡Ojalá que sea el 17, el Día de la Lealtad peronista!”, dice sin reparar que también es el aniversario del día que lo hizo tristemente popular.

Madonna entiende ese lema de la lealtad peronista y sabe que aquel 17 de octubre sólo intentó que no se empañara el homenaje al General, organizado por su jefe mayor, Hugo Moyano: “Sinceramente, si estuviera otra vez en esa situación… creo que volvería a hacerlo”, comenta, antes de despedirse.