Tras varias semanas de paralizaciones originadas en el Caso Skanska, el Gobierno y las empresas del sector eléctrico firmarán un acta con nuevas condiciones
Fue otro de los coletazos del denominado Caso Skanska: la segunda ampliación de gasoductos para aliviar la crisis energética se encontraba paralizada.
Sin embargo, y después de varias semanas de ásperas discusiones entre los inversores y el Gobierno, el país tiene ya el camino libre para empezar las obras.
Las empresas eléctricas que conforman la administradora mixta Cammesa -potenciales usuarias e inversoras para las nuevas obras- llegaron a un acuerdo y firmaron un acta que hará entrar en vigor el contrato. La contraparte: se revisarían los costos del proyecto.
Hasta el miércoles, Cammesa se negaba a firmar el acta por temores que podrían definirse como "efecto Skanska". Es decir, miedo a que sus miembros -compañías distribuidoras, generadoras, grandes usuarios y transportistas de energía eléctrica- quedaran involucrados en potenciales denuncias de sobrecostos, como ocurrió con el Fideicomiso I, por la primera ampliación, que derivó en el caso Skanska.
Ahora lo que se discutía era el Fideicomiso II. ¿Cómo hacer para no quedar salpicados si pasaba lo mismo?, razonaban.
Fueron semanas de choques que involucraron al secretario de Energía, Daniel Cameron -también presidente de Cammesa-, y a los ejecutivos privados.
Como nadie aflojaba, la reunión de directorio se postergó dos veces: del martes pasado al miércoles a las 16 y, una vez más, hasta la noche de ese día.
Cameron entró en el recinto a las 19 de anteayer. Los empresarios querían, desde hacía meses, que el secretario de Energía firmara el acuerdo como funcionario, no como presidente de Cammesa. Y que las obras, por lo tanto, se hicieran por cuenta y orden del Estado. El Gobierno se negaba.
Se llegó a un punto intermedio. Cameron firmó finalmente como presidente de Cammesa, pero los privados aprobaron la moción con una frase que, esperan, los resguarde en el futuro: "La firma de esa agenda [acta complementaria] no implica conformidad por parte de Cammesa con los actos que hubiese realizado el fiduciario [Nación Fideicomisos]".
El acta pondrá automáticamente en vigor el contrato firmado el 6 de diciembre del año pasado entre Cammesa y la constructora brasileña Odebrecht, que también incluye las obras con la comercializadora de energía Albanesi. El Banco Galicia firmó también, en calidad de asesor financiero de Nación Fideicomisos.
Además, hasta el miércoles, las empresas decían que habían cambiado las condiciones y que el contrato de diciembre no estaba vigente. El Gobierno, que sí. Y todo frenaba las ampliaciones -anunciadas hace cuatro años por el presidente Néstor Kirchner- cuyos plazos iniciales aventuraban un comienzo parcial durante este invierno.
Ahora, quizá, si todo sale bien, parte del proyecto arranque el próximo invierno.