Un empleado retirado del Departamento de Defensa de Estados Unidos tiene la mala suerte de llamarse Harry Potter. Hace años que no logra conciliar el sueño porque las llamadas telefónicas son constantes.

Harry Potter tiene 78 años y vivía en Brandenton una vida tranquila y silenciosa hasta el éxito mundial de la saga de su homónimo. Al parecer, la Pottermanía lo afecta en forma constante, pero la situación se complicada siempre que sale un libro o una película nueva.

Así, en cada estreno, comienzan los llamados telefónicos de miles de niños, pedidos de entrevistas de la TV y pedidos de autógrafos.

"Los chicos quieren saber si soy Harry Potter", dice riéndose. "Y les respondo que he sido Harry Potter por los últimos 80 años." Según cuenta, no ha leído ninguno de los libros de J.K. Rowling ni ha visto ninguna de las 5 películas. Más allá de las llamadas a medianoche para hacerle cargadas o bromas, Potter no ha perdido su sentido del humor.

Su esposa, Jan, dijo: "Cuando Harry le habla a los niños, estos siempre preguntan por la lechuza y su respuesta es "oh, han llegado muy tarde, ella ya pasó y dejó el correo. Luego cuando se van se acercan las madres para agradecerle el haber hablado con ellos. Se divierte un montón con todo este lío."

Algunos chicos al conocerlo personalmente se quedan un poco sorprendidos ya que su imagen no concuerda con la de un joven estudiante.

"Ellos me miran y me estudian al principio", dice riéndose. "No me pueden relacionar con el personaje del libro. Pero creo que podría comprarme un par de anteojos de Harry Potter".