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2 de enero de 2025
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La delicada salud de Lanata: cómo fueron sus últimos días
Internado desde junio pasado su salud pasó por momentos muy críticos en estos meses. Los últimos días la situación se fue agravando cada día mas
30 de diciembre de 2024
En la tarde del lunes murió Jorge Lanata dejando detrás de si la huella de un hombre clave del periodismo argentino. Sus últimas horas fueron críticas y minaron las esperanzas de una recuperación.
En las últimas dos semanas su familia y sus amigos más íntimos no se despegaron de su lado en el Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires, deseando una mejoría que nunca llegó, acostumbrados a la resiliencia con la que atravesó el periodista sus últimos años con una salud debilitada.

Según las declaraciones de su esposa, Elba Marcovecchio, la Navidad de este año fue una de las más difíciles para la familia.

Acostumbrados a celebrar en Punta del Este, esta vez dividieron su tiempo entre el hospital y su hogar en Buenos Aires. Marcovecchio relató que, en un gesto de cercanía, le leyó al periodista el libro Contra la verdad, de Nietzsche, a pesar de que “a él le gusta más la poesía”.

La abogada expresó su esperanza diciendo: “Siempre tengo fe. Una parte mía siempre dice ‘vamos a salir adelante’”.

Durante la noche del 24 de diciembre, Lanata permaneció sedado en su habitación de terapia intensiva en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Su amigo y colega Gabriel Levinas decidió acompañarlo para que su familia pudiera celebrar en casa.

Él describió el ambiente de esa noche como sobrio y compartió que llevó una botella de champagne para los médicos y enfermeros, aunque no pudo ingresarla: “Brindamos con pan dulce”.

Según su entorno, Lanata pasó la jornada sin fiebre y con signos estables, aunque enfrentó molestias por dos procedimientos menores realizados ese día.

Internado desde el pasado 14 de junio, el periodista ha atravesado un cuadro clínico complejo marcado por complicaciones respiratorias, trombosis venosa profunda y la necesidad de drenajes por acumulación de líquido abdominal.

A pesar de que su familia y los médicos reportaron que se encontraba afebril y estable hemodinámicamente, la fragilidad de su estado retrasó los planes de trasladarlo a la Clínica Santa Catalina, donde estaba previsto iniciar un tratamiento de rehabilitación motora y fonoaudiológica.


Sus hijas, Bárbara y Lola, estuvieron presentes durante este proceso, visitándolo en distintos momentos para acompañarlo.

Bárbara explicó que su padre alternaba entre momentos de lucidez y otros en los que no estaba completamente orientado en tiempo y espacio, aunque podía comunicarse.

Mientras tanto, Marcovecchio elogió al equipo médico, afirmando: “Hace seis meses y medio que los conozco, y decirles amorosos es poco”.