“Intentaron que me violen tres perros”
Un médico palestino narró el calvario vivido en las cárceles de Libia. Era uno de los acusados por haber contagiado intencionalmente con SIDA a 400 niños
29 de julio de 2007
El médico palestino Ashraf Alhajuj reveló en un reportaje el espanto de las torturas sufridas en las cárceles libias mientras estuvo preso, acusado junto con otras cinco enfermeras búlgaras de haber infectado intencionalmente con SIDA a más de 400 niños.
Alhajuj aseguró que sus torturadores no sólo le “violaron repetidamente”, sino que intentaron que tres perros le penetraran.
"Decían que en África se habían hecho experimentos con monos y que ellos lo iban a hacer con canes. Lo intentaron con tres perros, pero no lo consiguieron", contó en una entrevista al periódico El País, de Madrid.
El médico, de 38 años, y las enfermeras, fueron perdonados por el presidente libio, Muammar Kadafi, a la condena a muerte que habían sido sentenciados, lo que le permitió al líder árabe acercar posiciones con Occidente, en especial con París.
Ya en libertad, desde la capital búlgara, Sofía, Alhajuj cuenta el calvario vivido durante ocho años en Libia, donde fue detenido en febrero de 1999.
"Me tuvieron meses esposado con los brazos atrás y arrodillado", explica. "Vi y viví lo peor que hay en la naturaleza humana. Se quedó marcado en mi interior a sangre y fuego y no podrá borrarse jamás. Me tuvieron meses esposado con los brazos atrás y arrodillado. Si me dormía y se me caía la cabeza hacia delante, me daban una patada. Los animales tienen más moral que ellos", señala.
Detenido el 29 de enero de 1999, diez días antes de su fiesta de compromiso nupcial, sostiene que comenzaron a batirlo a golpes desde el mismo momento en que acudió a la comisaría de Bengasi, como se le ordenaba en la nota que le había dejado la policía en su residencia universitaria.
Luego de varias horas de interrogatorio, lo encerraron esposado en el baúl de un Mercedes durante el trayecto de 1.500 kilómetros que separa la segunda ciudad libia, de la capital.
Las autoridades libias buscaban detalles del presunto complot con los servicios secretos de Estados Unidos e Israel para expandir el SIDA entre los niños libios a cambio de dinero.
"Todo era absurdo. Un circo para salvar a los funcionarios y responsables del gobierno de los errores que provocaron la epidemia infantil de sida. Fue un montaje de la corrupción que ha destruido ese país", aclara.
"Ahora soy un hombre nuevo", asegura, tras obtener la libertad. "Otros muchos no lo han conseguido. Europa no puede olvidar la situación de los derechos humanos en Libia", manifestó.