La falla de una turbina causó la tragedia aérea en San Pablo
Los primeros datos de la caja negra del avión que se accidentó muestran que el piloto actuó bien, pero una turbina falló. Prohibieron vender vuelos desde Congonhas
25 de julio de 2007
Los primeros datos oficiales conocidos indican que la tragedia del Airbus 320 de TAM en San Pablo se debió a una falla en el sistema de reversión que, una vez accionado, contribuye sustancialmente a frenar las máquinas.
El avión, que el martes pasado produjo la mayor tragedia de la historia de la aviación brasileña, derrapó, pasó la avenida que separa el Aeropuerto de Congonhas del barrio Campo Belo y chocó contra un edificio de la propia compañía, a 175 kilómetros por hora.
El impacto fue tan tremendo que derribó ese edificio, hizo estallar la aeronave y produjo un gigantesco incendio.
El jefe del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos, brigadier Jorge Kersul, admitió ayer que el avión tocó la pista de la Terminal en el lugar correcto y que lo hizo a la velocidad normal.
"Sólo que no consiguió frenar", subrayó en una conferencia de prensa para ofrecer los primeros datos que surgen de la caja negra del avión y de la pista de Congonhas.
Según indicaron los especialistas, el Airbus iba con su capacidad de pasajeros colmada y una carga muy próxima al límite permitido (98%). A eso se le sumó la falla del sistema de reversión que una vez accionado contribuye sustancialmente a frenar las máquinas, ya que estaba desactivado en la turbina derecha por defectos.
Nuevos datos parecían consolidar ayer la hipótesis de un defecto en el Airbus como causa principal, al tiempo que disminuía la importancia de la lluvia y la pista.
La misma máquina había aterrizado, ese mismo día en Congonhas, otras dos veces: una fue pasada las 11 del fatídico martes 17, cuando llovía fuertemente. Otra a las 14.30 con pista mojada.
En el momento de la llegada fatal, esa misma aeronave hacía su séptimo viaje, en condiciones poco adecuadas.
El brigadier Kersul reveló que las marcas dejadas en la pista mostraron que la aeronave se deslizaba hacia la izquierda. Dijo que una de las razones pudo haber sido la falla en el sistema de reversión de una de las turbinas.
Este lunes, el aeropuerto internacional de Guarulhos comenzó a sufrir los problemas de falta de infraestructura para atender los vuelos que antes aterrizaban en la céntrica Terminal de Congonhas.
Hubo pasajeros que después de tocar tierra debieron permanecer en las aeronaves por falta de escalerilla para descender. Otros tuvieron que aguardar largo tiempo para retirar el equipaje. Nerviosos, los viajeros emprendieron a los gritos contra el personal de a bordo y luego en el hall de desembarque.
Debido a ello, la Agencia Nacional de Aviación Civil prohibió a las compañías vender más boletos de vuelos con salida desde el céntrico aeropuerto paulista.
El ente regulador intenta así garantizar que primero vuelen los pasajeros que cuentan con billete emitido y que quedaron varados por cancelaciones.
El presidente de la empresa que maneja los aeropuertos, Brigadier José Carlos Pereira, terminó por admitir que el sistema aéreo brasileño vive "una situación caótica".
Sostuvo: "Cuando hay mil pasajeros que sufren todos los días por las cancelaciones de los vuelos y que al día siguiente intentan embarcar, la empresa que tiene que dar respuesta a otros mil pasajeros no tiene cómo transportar a la totalidad".
El funcionario concluyó: "La situación no puede ser peor".
En ese panorama casi desquiciado, algunas empresas comenzaron a pedir a los clientes que posterguen sus viajes por lo menos hasta el lunes.
Según los directivos de Gol, dentro de una semana es posible que el tráfico aéreo retorne a su flujo normal.
La compañía que "mantendrá sus servicios para atender a los clientes que precisen viajar inmediatamente y para llevar a sus destinos a aquellos que quedaron retenidos los últimos días".
Y admitió en un comunicado que este momento "es uno de los más críticos de la aviación brasileña".