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21 de noviembre de 2024
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Probaron que abusó de chicos discapacitados pero sale libre
Un chofer acusado de abuso sexual fue condenado a 16 años de prisión, pero la Justicia dispuso que siga en libertad hasta que lo confirme la Cámara de Casación
20 de julio de 2007
Serios incidentes se registraron hoy en los tribunales de San Isidro cuando un chofer acusado de abusar sexualmente de chicos discapacitados fue condenado a 16 años de prisión, pero la Justicia dispuso que pueda seguir en libertad hasta tanto la sentencia sea confirmada por la Cámara de Casación.

El Tribunal Oral en lo Criminal número 2 de San Isidro condenó a Mario Ochoa por "abuso sexual calificado" cometido contra 16 jóvenes discapacitados, a los que llevaba en su camioneta a sus domicilios.

ese a la dura condena recibida, Ochoa no irá a la cárcel dado que los jueces entendieron que primero la resolución debe quedar firme por la Cámara de Casación, algo que tardará algún tiempo.

Los padres de las víctimas reaccionaron airadamente por el beneficio concedido a Ochoa y bloquearon el hall de los Tribunales para impedir que saliera en libertad.

La resolución, dictada por unanimidad, fue firmada por los jueces Luis Oscar Zapata, Clarisa Moris y Ariel Introzzi Troglia.

El fiscal Fabián Brain había solicitado 30 años de prisión efectiva para el acusado.

La abogada Silvia Weksel, de la asociación Ayuda a Víctimas de Violación (AVIVI) y quien patrocinó a los 13 jóvenes durante el juicio, afirmó que esperaba una condena de 30 años.

Después de leído el fallo, los padres de los chicos abusados ocuparon durante varias horas el hall de entrada de los tribunales sanisidrenses y colocaron carteles y pancartas cuestionando la decisión de permitir que el condenado siga en libertad.

Fuentes judiciales indicaron que Ochoa, chofer de un micro escolar, 54 años, es casado y padre de un niño con Síndrome de Down.

Sin embargo, según se probó en el proceso, los abusos eran cometidos en su vivienda, adonde llevaba a los chicos y tras bañarse con ellos, los abusaba.

Los padres de los chicos criticaron con dureza el fallo y a los jueces del tribunal que lo emitió, el Correccional Número 13: "Son una porquería, no sirven para nada".

Para poder saber los vejámenes a los que los chicos eran sometidos, se utilizó la llamada "Cámara Gesell", en donde recibieron asistencia de especialistas psicológicos.

Sin embargo, los chicos -en su mayoría de entre 15 y 20 años pero cuya edad madurativa es mucho menor- muchas veces no pudieron decir con palabras lo que sucedía y debieron explicarlo con su cuerpo.