En un intento de dar una respuesta política a la crisis del sector aéreo, fuertemente agudizada esta semana con el accidente de un avión de TAM en el aeropuerto de Congonhas, San Pablo, el presidente Lula da Silva dejó cesante al ministro de Defensa Waldir Pires y a la cúpula de la autoridad aeronáutica federal.

El presidente hablará a la nación mediante una cadena de radio y televisión, para pronunciarse sobre la tragedia aérea.

Lula ha sido objeto de duras críticas por su prolongado silencio tras el accidente sufrido por un avión de la aerolínea TAM, que el martes se estrelló e incendió contra un galpón de la misma empresa en el aeropuerto paulistano de Congonhas, con 186 personas a bordo.

Todos los ocupantes del avión fallecieron y aún no se ha podido determinar cuántas personas estaban en el galpón, que según algunos testimonios podrían ser alrededor de cuarenta.

El mismo día del accidente, Lula difundió una nota oficial de cinco líneas en la que se dijo "consternado", expresó su solidaridad a los familiares de las víctimas y anunció un luto oficial de tres días.

Ese breve comunicado y el hecho de que Lula no fue visto en público ni se pronunció sobre el asunto más allá de la nota oficial desató una ola de críticas en la prensa y en la oposición.

El diario O Globo dedicó ayer su editorial al asunto y recordó casos de jefes de Estado que se movilizaron ante "alguna gran tragedia nacional", entre los que citó las visitas de los reyes de España a las víctimas de los atentados del 11 de marzo del 2004.

"¿Dónde están?", preguntó el editorial, citando a Lula y a las máximas autoridades de una decena de organismos responsables por la aviación civil, que casi no han hecho comentarios en público tras el accidente.

La crítica más dura fue del diputado José Carlos Aleluia, del partido Demócrata, quien sostuvo que "el silencio de Lula y la omisión del gobierno llevan a la muerte a casi 400 personas en diez meses y el jefe de la banda sólo manda a decir que está consternado".