El Ministerio Público Federal de Brasil reclamó que la terminal aérea de Congonhas "no opere hasta que se confirmen sus condiciones de seguridad"
El Ministerio Público Federal de Brasil pidió el cierre del aeropuerto Congonhas de Sao Paulo tras el accidente aéreo que el martes costó la vida a por lo menos 200
personas, cuya investigación demorará 10 meses y estará abierta a "todas las hipótesis".
El Ministerio (que cumple un papel de defensor de los derechos de la sociedad y las personas frente a los poderes públicos, pero sin poder de sanción) solicitó a la justicia civil la "interrupción de todos los aterrizajes y despegues en las pistas principal y auxiliar" de ese aeropuerto, que es el de mayor movimiento de América Latina y está enclavado en el corazón de Sao Paulo.
En la acción reclamó que la terminal aérea "no opere hasta que se confirmen sus condiciones de seguridad y se despejen las dudas provocadas por el accidente".
Por su parte, Jorge Kersul Filho, del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes, afirmó que todavía es "muy prematuro" pronunciarse sobre la causa de la catástrofe.
"Pudo haber sido falla humana, pudo ser culpa de la pista, pudo haber sido estrés, o una decisión incorrecta. Pudo ser un montón de cosas", por eso "no es bueno concentrarse en una sola hipótesis", agregó en rueda de prensa.
"El promedio mundial de investigación de un accidente de esas dimensiones es de 18 meses (...) Este siniestro, podemos pensar que llevará unos 10 meses", señaló.
El Airbus A320 de TAM, con 186 personas a bordo, intentó aterrizar en la pista principal de Congonhas, se desvió a la izquierda, atravesó una avenida, se incrustó en un edificio, explotó y desató un incendio.
La administradora de aeropuertos Infraero mostró las imágenes de la llegada a Congonhas de la aeronave, en las que se puede comprobar que mientras el avión anterior recorrió la pista principal en 11 segundos, el de TAM lo hizo en sólo tres segundos.
Eso demuestra que el aparato "iba a más velocidad, pero es un dato que no puede ser considerado aisladamente", comentó Kersul.
Entre los 186 ocupantes del Airbus, no hubo sobrevivientes, según el presidente de la compañía, Mauro Bologna. Por otra parte, los bomberos extrajeron 13 cadáveres de una gasolinera contigua al lugar del accidente y otros nueve del local impactado.
El total de cuerpos retirados del avión y de entre los escombros suman 181, dijo a la AFP una fuente gubernamental, mientras -36 horas después del accidente-, los bomberos seguían las labores de búsqueda en medio del humo, con riesgos de desmoronamientos de paredes y de nuevos incendios.
Se ignora cuántas personas estaban en el edificio de una subsidiaria de TAM para cargas y encomiendas, o incluso en la calle en el momento de la colisión, pero las autoridades de la aerolínea estiman que en su local se encontraban presentes entre 50 y 60 personas.
El accidente generó escenas apocalípticas: "Muchas personas saltaron por las ventanas del edificio (de tres plantas) impactado, fue terrible", contó el médico Douglas Ferrari.
El accidente se produjo en el aeropuerto de Congonhas -cuya pista fue reparada luego que se reportaron varios incidentes atribuidos a la acumulación de agua en el pavimento- y provocó un debate sobre los riesgos de la terminal en plena zona urbana.
La pista fue mejorada pero no se utilizaba con una lámina de agua superior a 3 mm, porque faltaba incorporarle el "grooving" (sistema de desagüe).
"Los operadores de la torre avisaron que la pista debería ser cerrada porque estaba sin grooving", dijo Sergio Olivera, presidente de la federación brasileña de controladores aéreos.
Armando Schneider Filho, superintendente de ingeniería de Infraero, negó que el avión de TAM hubiera derrapado, ya que en la pista no se había acumulada suficiente agua.
"Habría posibilidades de derrapar si hubiese una lámina de agua de más de 3 mm y este no es el caso", precisó.
"La obligación nuestra -agregó Schneider- es responder y aclarar las dudas. Sólo la investigación podrá decir lo que aconteció. Cualquier información dada es prematura y (si adelantara algo) yo estaría cometiendo un error o una injusticia con cualquiera de las partes involucradas".
El avión estaba en manos de pilotos muy experimentados, cada uno de ellos con más de 13.000 horas de vuelo, dijo TAM.
El A320 tenía 26.320 horas de vuelo, y había sido sometido a una revisión simple el 13 de junio y a una revisión estructural, más profunda, el 20 de noviembre de 2006.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, decretó luto nacional de tres días e instó a conducir las investigaciones "con rigor y rapidez".
La industria de la aviación de Brasil vive en crisis desde el choque en septiembre, en el cielo amazónico, de un Boeing 737 de Gol -cuyos 154 ocupantes murieron- con un jet privado que logró hacer un aterrizaje de emergencia.
En octubre de 1996, un Fokker 100 de la TAM se estrelló a poco de despegar de Congonhas, con una saldo de 99 muertos.
La cotización de las acciones de TAM, que se convirtió en la primera compañía aérea de Brasil tras el ocaso de Varig, cayeron el miércoles 9,07% al cierre de la Bolsa de Valores de Sao Paulo.