En la Rosada aseguran que la senadora tuvo una posición "implacable". A tres días del lanzamiento de su candidatura, sostuvo que "el Gobierno no puede quedar expuesto"
Sugestivamente, aunque no habló de Miceli, en su discurso de ayer Kirchner apuntó: "Cristina es mi compañera de todos los tiempos y compañera de proyecto político. Muchas veces hubo que tomar decisiones importantes y debimos tomarlas en soledad".
En sintonía, desde la Casa Rosada admitieron que, como parte de la "mesa chica" del Gobierno, la senadora Cristina Fernández de Kirchner tuvo una posición "implacable" para definir la salida de la ministra Felisa Miceli.
"No contra Felisa, sino respecto a que el Gobierno no puede quedar expuesto a estas situaciones", precisaron, según indica el matutino Clarín.
La salida de Miceli quedó sellada este lunes al mediodía en Olivos, en un almuerzo que compartieron Cristina, el presidente Néstor Kirchner, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.
Tras evaluar los costos políticos derivados de las duras acusaciones del fiscal Guillermo Marijuan, la "mesa chica" coincidió en que la continuidad de Miceli era insostenible. Especialmente, a tres días del lanzamiento de la candidatura de Cristina.
Las fuentes explicaron que "el tenor de las acusaciones del fiscal fue decisivo para la salida de Miceli. Las denuncias son gravísimas, se habló hasta de lavado de dinero".
También recordaron que si bien Miceli dio explicaciones cuando estalló el escándalo de la bolsa de dinero, el fiscal señaló "muchos hechos nuevos" que no eran de conocimiento de Kirchner.
Según las fuentes, el Gobierno sabía desde el domingo que se haría la presentación, pero esperaban que se dilatara por la feria judicial. Y se encontraron con una pesada acusación.
La posición oficial fue expuesta anoche por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, después de una jornada cargada de rumores. Fernández sostuvo que Miceli presentó su renuncia por propia iniciativa.
"Creemos en ella", dijo Fernández.