Siempre se dijo que cuando se produce un divorcio, en general es la mujer la que saca a relucir todo su brillo y el hombre entra en declive.

Ahora algunos especialistas dicen que hasta la chica más tímida y sumisa sufre una transformación cuando ve su vida amorosa destrozada.

Tal vez en un intento por levantar el autoestima y como una forma de "volver al mercado", su apariencia se transforma y se convierte en una seductora imparable.

El sitio Terra identificó tres motivos por los cuales las mujeres pierden sus inhibiciones y se lanzan a la aventura, una vez terminada una relación.

* Ya no están en las sombras: mientras estuvieron en pareja sus logros pasaban desapercibidos. Todo era opacado por los avances del hombre, quien tenía libertad de acción y exigía poyo. Cuando se convierten en ex, pueden brillar con luz propia.

* Adiós a la monogamia: la sensualidad y la pasión quedaban enterradas por los años de unión. Las mujeres dejan de sentirse atractivas cuando sus parejas no les prestan atención.

Pero regresar a la caza implica conocer hombres interesantes que utilizan sus encantos para seducirlas.

* Señora de: atrás quedaron los años en los que las mujeres no tenían nombre propio. Ya no se las relaciona con un hombre, recuperaron su libertad. Esto les da un vigor nuevo y la emoción de responder sólo por los actos propios.

¿Será tan así?