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23 de noviembre de 2024
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El Papa aprobó misa en latín
Benedicto XVI levantó restricciones para poder volver a dar la misa en idioma antiguo, aunque aclaró que esto no significa un retroseso en el proceso de la Iglesia
7 de julio de 2007
El papa Benedicto XVI levantó este sábado las restricciones para oficiar la antigua liturgia de la misa en latín , en una concesión a los tradicionalistas de la Iglesia, pero enfatizó que su decisión de ningún modo daba marcha atrás a las reformas del Concilio Vaticano Segundo.

El pontífice emitió un documento en el que autoriza a los párrocos a oficiar la misa tridentina si ésta es solicitada por "un grupo estable de fieles". Actualmente, el obispo local debe aprobar esas peticiones, un obstáculo que según los defensores del ritual tradicional ha limitado enormemente las oportunidades de practicarlo.

"Lo que las generaciones anteriores tenían por sagrado sigue siendo sagrado y grande para nosotros también, y no puede ser de pronto prohibido por entero o considerado incluso nocivo", escribió Benedicto.

Críticas. El documento podría causar indignación en la comunidad judía, dado que el ritual tridentino incluye una plegaria para el viernes santo, que exhorta a su conversión. La Liga Anti Difamación consideró que la decisión representó un "golpe para las relaciones entre católicos y judíos", informó la agencia noticiosa judía JTA.

Además de las preocupaciones de la comunidad judía, algunos obispos en Francia, así como clérigos y fieles liberales, han expresado su temor de que el permitir una celebración más libre de la liturgia tridentina implique desestimar el concilio realizado entre 1962 y 1965, el cual modernizó a la Iglesia.

Temen también que la medida genere divisiones en las parroquias, dado que se oficiarían dos liturgias distintas.

Benedicto buscó calmar esa preocupaciones en una carta anexa a los obispos.

"Este temor es infundado", señaló.

Dijo que la nueva misa en los idiomas vernáculos, surgida del concilio, sigue siendo la forma "normal" del ritual, mientras que la versión tridentina era "extraordinaria", y podría ser solicitada por relativamente pocos católicos.

El vocero del Vaticano, reverendo Federico Lombardi, dijo que el Papa no estaba refutando de manera alguna el Concilio Vaticano II.

El documento, dijo , "no impone retorno alguno al pasado, no significa un debilitamiento alguno de la autoridad del Concilio, ni de la autoridad o la responsabilidad de los obispos".

Lefebvristas. Benedicto XVI intenta llegar a los seguidores del fallecido arzobispo Marcel Lefebvre, un religioso ultratradicionalista que fue excomulgado, y que rompió con el Vaticano a raíz de la introducción de la Nueva Misa y de otras reformas eclesiásticas durante el Concilio Vaticano II.

El grupo fundado por Lefebvre dijo en un comunicado que le alegraba el documento y le agradeció al Papa por el mismo.

En 1969, Lefebvre fundó un grupo, la Sociedad de San Pío X, que insistió en celebrar el rito antiguo.

El Vaticano excomulgó a Lefebvre en 1988 después que consagró a cuatro obispos sin el consentimiento de Roma, una medida que el entonces papa Juan Pablo II calificó de "acto cismático". Los obispos también fueron excomulgados.

Benedicto ha mostrado inclinación a reconciliarse con el grupo, que ha demandado un mayor uso de la misa antigua como condición para normalizar relaciones. La otra era la remoción de las órdenes de excomunión.

La sociedad rebelde tiene seis seminarios con 160 seminaristas. Dice tener cuatro obispos y 463 sacerdotes.