La toma de rehenes en el prostíbulo de Tribunales no habría tenido como móvil un robo sino una cuestión pasional entre un delincuente y una mujer que trabaja allí
La toma de rehenes en un prostíbulo céntrico, que terminó esta madrugada tras 14 horas de tensión, no habría tenido como móvil un robo o una desesperada huída de la policía sino una cuestión pasional entre uno de los delincuentes y una de las mujeres que trabajaban allí.
Efectivos del grupo GEOF de la Policía Federal irrumpieron de madrugada en el departamento y liberaron a las nueve mujeres que estaban privadas de la libertad, al tiempo que detuvieron a los dos hombres que las mantenían cautivas allí.
Las mujeres fueron liberadas sanas y salvas, según remarcaron autoridades policiales y el juez que llevó adelante las negociaciones, Juan Ramos Padilla, quien dio la orden de irrumpir en el departamento del tercer piso de Montevideo 497 debido a que las negociaciones en procura de una entrega estaban agotadas y la situación tendía a complicarse.
En tanto, los dos delincuentes que protagonizaron la extensa toma de rehenes -un menor y un hombre de 30 con antecedentes penales- continuaban este mediodía en un hospital porteño para brindarle atención médica, para luego ser trasladados a la alcaidía del Palacio de Tribunales, donde mañana declararán ante el juez de turno.
El mayor de los detenidos, según se indicó, había estado preso en las cárceles de Olmos y Sierra Chica, y había recuperado la libertad hacía apenas un mes.
Las mujeres que estuvieron privadas de la libertad desde las 14:15 de ayer hasta pasadas las 4:00 de la madrugada de hoy fueron revisadas por personal del SAME y luego de comprobarse que se encontraban bien fueron llevadas a la comisaría 3ra de esta capital, en la calle Tucumán al 1500, para declarar acerca de cómo ocurrieron los hechos.
Una de las jóvenes, de nacionalidad paraguaya, que se identificó con el nombre de María, dijo que la situación se originó porque el mayor de los sujetos había ido a buscar al prostíbulo a su novia, Yanina, con la que discutió.
"Estaba loco con la Yanina", reconoció ante la prensa la mujer, que el jueves pasado comenzó a trabajar en el tercer piso del inmueble, donde funcionaba "El pisito de Montevideo".
El propio juez que estuvo al frente del caso había admitido que el caso podía tener un origen "pasional", lo cual fue ratificado por la joven que señaló que uno de los delincuentes le reclamaba a su novia que dejara su "trabajo".
Otras hipótesis que habían circulado hablaban de un intento frustrado de robo a una financiera o de una desesperada fuga de la policía a bordo de motos presuntamente abandonadas en la puerta del edificio.
La toma de rehenes revolucionó a toda la zona de Tribunales, con congestionamiento de tránsito y una gran tensión, concluyó finalmente pasadas las 4:00 de hoy, cuando personal del GEOF ingresó por la fuerza al departamento donde se desarrollaron los hechos, en el tercer piso de un edificio de Montevideo 497.
Primero arrojaron una granada de estruendo -similar a la que habían utilizado para sacar de su casa al abogado Gabriel Novaro, atrincherado en su vivienda del Barrio Parque hace poco más de una semana- y luego redujeron rápidamente a los dos delincuentes.
El juez Juan Ramos Padilla, en una improvisada conferencia de prensa ofrecida en la calle, a metros de donde se produjeron los hechos, destacó el accionar de la Policía, y dijo que se sentía "orgulloso" por la forma en que se había trabajado.
"Se vivieron momentos de mucha tensión, pero el GEOF se manejó con mucha prudencia y con mucho cuidado. Cuidamos la vida de todos y nos fue bien", aseveró el magistrado, quien además destacó que "no se disparó ninguna bala de plomo" durante el operativo.