21 de noviembre de 2024
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Muchos porteños cumplen la ley sólo si están de acuerdo con ella
Así lo revela una encuesta realizada entre 600 adultos de la Ciudad de Buenos Aires. Se reconocen intolerantes y dicen que, a veces, no está tan mal transgredir la ley
5 de julio de 2007
Para la mayoría de los porteños, vivir en democracia sólo quiere decir votar; en la vida cotidiana se reconocen intolerantes y poco inclinados a convivir con el disenso; dicen que, a veces, no está tan mal transgredir la ley; desconfían de los políticos, descreen de la Justicia y prefieren líderes “fuertes” para solucionar los problemas.
En otras creencias se muestran más firmes: la educación y el trabajo siguen siendo valores fundamentales para la mayoría, mientras que el 53% cree que el matrimonio para toda la vida es posible y el 76% está convencido de que hay un Dios.
Según el sondeo, y aunque asisten mayoritariamente a votar, los ciudadanos porteños miran con marcada desconfianza a los políticos: el 92% afirma creer "poco o nada" en los líderes y el 95% descree de los partidos, mientras el 89% afirma tener poca o ninguna confianza en la Justicia (llamativamente, en esa pregunta, casi uno de cada tres encuestados dijo que su confianza en la Justicia era nula).
Sin embargo, el 74% de los porteños sostiene que los ciudadanos pueden influir en las decisiones políticas mediante su participación.
Los medios de comunicación también sufren el impacto del cuestionamiento a las instituciones: aunque el 32% de los porteños afirma confiar "bastante" en la información periodística, el 54% se anota en las categorías "poco" y "nada" cuando evalúa la credibilidad de los medios.
A juzgar por los datos, un líder político tiene más posibilidades de imponerse si apela a su firmeza y autoridad ante el electorado porteño. Para el 52% de los encuestados, muchos problemas del país se solucionarían si el poder se concentrara en un "líder fuerte".
Por otra parte, la educación y el trabajo siguen siendo valores considerados fundamentales en la sociedad, en un 78% y 82% respectivamente, lo que representa "una respuesta esperable y prescriptiva, según el «deber ser»", para los investigadores.
En la encuesta, casi ocho de cada diez porteños afirman creer en Dios. Pero sólo el 51% se declara practicante habitual de alguna religión.
Sorprendentemente para los investigadores, más de la mitad (53%) cree en el matrimonio para toda la vida, es decir, la idealización de la institución matrimonial, una respuesta que no se registraba en sondeos anteriores.
Para el 56% de los porteños, en tanto, en la Argentina no se convive democráticamente. En otras palabras, no se respetan las opiniones diferentes ni existe mayormente tolerancia.
A 24 años de la recuperación de la democracia, el espejo devuelve una imagen débil de nuestra cultura política: el procedimiento electoral ya no está en riesgo, pero la democracia no logra trasladarse a la vida en común.
En el mismo sentido, sobre la ley hay una mirada por lo menos preocupante, que podría explicar el sentido de algunas pequeñas transgresiones cotidianas.
El 72% afirma que se debe cumplir la ley sin excepciones. Pero casi el 25% sostiene que hay situaciones en que se puede decidir según criterios personales, aunque eso implique transgredir las normas vigentes.
"Es una respuesta preocupante, que implica que un número importante de personas cree que las normas y las leyes deben cumplirse sólo si están de acuerdo con ellas o dependiendo de cada situación, con los efectos negativos que esto acarrea", señaló uno de los investigadores que realizó el estudio.