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El 26% de los jóvenes no estudia ni trabaja
Lo dice un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica. Los detalles sobre la pobreza creciente en el país
23 de mayo de 2022
Uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja en la Argentina. Son los denominados "ni-ni", de acuerdo con el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina elaborado por la UCA.

Durante la pandemia hubo una mejora en la situación educativa de los jóvenes de 18-24 años (al menos en cobertura), pero pasada la crisis, el déficit educativo empeora con niveles todavía por sobre los registrados antes del COVID-19.

Si bien la pandemia produjo una leve mejora en la escolarización de los jóvenes, a finales de 2021, sólo el 48,3% de ellos estudiaba o ya había terminado estudios terciarios o universitarios.

Por lo que los excluidos del sistema educativo representan más de 5 de cada 10 jóvenes a nivel nacional.

Al mismo tiempo, sin muchos cambios antes o después de la crisis por COVID-19, de manera persistente, entre 2017 a 2021, más del 25% (1 de cada 4 jóvenes) no estudia ni trabaja de manera remunerada.

El porcentaje de mujeres que no estudian, ni trabajan de manera remunerada, ni buscan empleo, aunque con relativa reducción postpandemia, duplican de manera estructural a sus pares varones (20% versus 10%, respectivamente, en 2021).

Esta situación se reproduce de manera agravada cuando incluimos a los desocupados en el déficit: 3 de cada 10 jóvenes mujeres (22,9%), versus 2 de cada 10 jóvenes varones (30%) no estudian ni trabajan de manera remunerada.

Sin embargo, cabe observar que, de todos modos, es entre las mujeres donde tiene lugar la mayor escolarización o terminalidad educativa. En 2021, superando a los varones (42,1%), el 54,6% de ellas terminó estudios terciarios o continuaba estudiando secundario o terciario.

Si bien los jóvenes que viven en hogares no pobres tienen una mayor propensión estructural a estudiar o finalizar sus estudios que sus pares de hogares pobres, estos últimos vienen aumento su inserción educativa.

Sin embargo, entre estos, menos 4 de cada 10 logra continuar estudiando, contra casi 6 de cada 10 en los hogares no pobres.

Por otra parte, el porcentaje de jóvenes de hogares pobres que no estudia, ni trabaja más que duplica al de sus pares de hogares no pobres durante todo el período.

En 2021, esta situación representaba el 17% de los jóvenes de hogares no pobres, contra el 38% entre los hogares pobres.

El porcentaje de jóvenes que no estudian y no trabajan es significativamente mayor en los estratos de obreros integrados y trabajadores marginales con respecto a los estratos medio profesionales y medio no profesionales.

La situación general no parece haber cambiado mucho con la pandemia, salvo un relativo agravamiento de esta situación de exclusión entre los jóvenes de estratos marginales. En este segmento, más de 4 de cada 10 jóvenes sufren esta doble exclusión (45,5%).

Las mayores mejoras durante el período tuvieron lugar entre los jóvenes de hogares de clases medias profesionales, donde la tasa de exclusión cayó de 8,9% a 2,4%.

El porcentaje de jóvenes que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo es mayor en los estratos obrero integrado y trabajador marginal con respecto a los estratos medio profesionales y medio no profesionales.

Alrededor de 2 de cada 10 jóvenes, pertenecientes al estrato de trabajador integrado o de trabajadores marginales, no estudian ni trabajan ni buscan empleo en 2021.

Esta múltiple exclusión sólo mejoró en la postpandemia en los hogares de trabajadores marginales por aumento en la búsqueda de empleo, mientras que la situación tendió a volver a los déficit pre pandemia para los jóvenes de hogares obreros integrados.