En distintos espacios públicos de la Ciudad y en avenidas pueden verse luminarias encendidas sin necesidad. El gobierno porteño dice que es por "desperfectos"
Mientras unos 4.700 grandes usuarios se ven forzados a adoptar nuevas medidas de ahorro para cumplir con la reducción del consumo de electricidad impuesta por el Gobierno, las luces de algunas plazas, veredas, calles y edificios públicos de la ciudad de Buenos Aires continúan encendidas a plena luz del día, en claro contraste con lo que cabe esperar en una situación de crisis energética.
En un recorrido realizado por periodistas del diario LA NACION, se pudo constatar que, en un día intensamente soleado, varios puntos de la ciudad seguían iluminados artificialmente.
Sobre la vereda de la calle Paraná, bordeando un costado de la plaza Vicente López, unos 10 postes de alumbrado permanecían prendidos pasadas las 10. El panorama se repetía con los faros situados entre los árboles de la plaza San Martín y en el parque Juan Gregorio, delimitado por la avenida Coronel Díaz y las calles Las Heras, Juncal y Salguero.
Según datos del Ministerio de Espacio Público, se calcula que en la ciudad hay, aproximadamente, unas 118.000 luminarias -90.000 son postes y el resto, colgantes- y cada una puede tener una o más lámparas.
A su vez, cada cuadra tiene un promedio de cuatro columnas luminarias que se encienden automáticamente -sistema de fotocélulas- cuando la luminosidad que se registra baja hasta cierto nivel (10 lux). Ante las consultas de LA NACION por la gran cantidad de luces prendidas durante el día, el subsecretario de Espacio Público, Mariano Bovero, explicó que este sistema de percepción por fotocélulas puede tener fallas.
"Las lámparas pueden tener un desperfecto, pero eso no pasa de 24 o 48 horas. Las empresas de mantenimiento lo arreglan no bien se enteran", afirmó Bovero. Y añadió que, además de las denuncias de los vecinos, el Gobierno porteño realiza relevamientos constantemente. "Salimos con camionetas a recorrer las calles, sobre todo cuando empieza el intercambio entre la luz natural y la artificial", sostuvo.
Para realizar el mantenimiento, la Capital se ha dividido en cinco sectores: cuatro son atendidos por empresas contratistas (Mantelectric SA, Ilubaires SA, Lesko SA y Siemens SA) y uno por el gobierno porteño, que actúa como testigo. Sin embargo, LA NACION observó que las luces de varias plazas tuvieron fallas durante varios días.
Las empresas distribuidoras, Edenor y Edesur, aseguraron que la responsabilidad por el mantenimiento de los espacios públicos es del gobierno porteño y que ellas no tienen control sobre el consumo del alumbrado público. La demanda energética del alumbrado público cuesta, mensualmente, 1.200.000 pesos. Sin embargo, la ciudad no está incluida dentro de la lista de grandes usuarios que deben restringir o racionalizar su consumo.
Bovero intentó justificar esa situación: "Si bien en las plazas no podemos bajar el consumo por el problema de la inseguridad, en las nuevas obras de avenidas rige un sistema de bajo consumo automático de energía después de la medianoche. Por eso no somos grandes consumidores".
El subsecretario observó que en las calles y avenidas, en cambio, sí se podría encontrar una forma de bajar el consumo si el gobierno nacional lo pidiese especialmente. "Pero todavía no recibimos ningún pedido", señaló.