El trasbordador norteamericano terminó sin problemas su misión espacial de dos semanas y llegó a la pista de la Edwards Air Force Base en California con éxito
La NASA optó por la pista de reserva de ese estado norteamericana, en lugar de Cabo Cañaveral, a causa del mal tiempo.
La decisión de aterrizar en la Base Aérea de Edwards, en el desierto de Mojave, fue adoptada después de que un avión de la Nasa, con el astronauta Scott Altman al mando, inspeccionó durante casi una hora la zona, tendente a registrar fuertes vientos por su cercanía al desierto, y que las lluvias y nubes bajas impidieran hacerlo en Florida.
"Simplemente nos hemos decidido por California porque no estábamos cómodos (con el mal tiempo) en Florida" dijo hoy Tony Antonelli, del Centro de Control de la Misión de la Nasa en Houston.
Los transbordadores no pueden aterrizar bajo la lluvia debido al daño que causaría a las losetas de cerámica que protegen su barriga y que se sobre-calientan durante la entrada de la nave en la atmósfera.
Tras entrar en la atmósfera terrestre, la nave sobrevoló San Diego y el este de Los Ángeles para aterrizar en Edwards.
Llegada. La nave regresó hoy después una misión en la que sus siete tripulantes llevaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) dos nuevos tramos de vigas y paneles de energía solar, instalados a lo largo de cuatro jornadas de labor de los astronautas fuera del complejo, que orbita a unos 350 kilómetros de la Tierra.
Los nuevos paneles solares por primera vez contarán con un dispositivo rotatorio que les permitirá seguir al sol y proporcionar más energía a la nave.
La NASA hubiera preferido que el Atlantis aterrizara en Cabo Cañaveral, debido al costo que supone para la agencia estatal estadounidense que lo haga tan lejos de su lugar de despegue.
Los siete tripulantes que salieron desde Cabo Cañaveral el pasado 8 de junio son el comandante Rick Sturckow, el piloto Lee Archambault, Patrick Forrester, Steven Swanson, John "Danny" Olivas, Jim Reilly y Clayton Anderson.
Retraso. El inicio de la salida desde Florida se retrasó después de que una tormenta de granizo afectó al tanque de la nave a comienzos de año; posteriormente, nada más llegar al espacio, la NASA detectó que se había levantado un trozo de la manta térmica que cubre parte del aparato y, posteriormente, se estropearon en el transcurso de la misión algunos de los ordenadores rusos a bordo de la nave.
De hecho, la misión, que debió durar once días en el espacio, se prolongó dos días más debido al problema surgido al formarse un agujero por el levantamiento de la protección térmica.
Entre los sistemas que se vieron afectados por el fallo informático estaban los cohetes propulsores que corrigen la orientación y la altitud de la EEI, en la cual residen tres astronautas.
Sin embargo, las posteriores reparaciones de cada uno de los problemas lograron que la denominada misión STS-117 saliera adelante y se haya logrado seguir con la reconstrucción de la EEI.
La Estación Espacial Internacional es un programa de cien mil millones de dólares en el cual participan 16 países.
Se prevé que la próxima salida de un transbordador sea en agosto y es preciso que la Nasa realice doce vuelos más para poder completar la construcción de la Estación Espacial Internacional.