La Argentina vivía aquel despertar del martes 11 de septiembre sus propios problemas que no era menores: crisis política con el gobierno del entonces presidente Fernando de La Rúa, una economía, aun en convertibilidad muy jaqueada, una relación compleja con el FMI, entre otros temas candebntes.

Pero antes que se desataran los hechos de una jornada que dejó muchas situaciones en segundo plano, en el país había en tapa de los diarios también las expectativas de un nuevo Superclásico del fútbol argentino.

Además de una novedad que sorprendía por “increíble” para muchos y revolucionaria: el anuncio de la posibilidad del acceso inalámbrico a Internet, algo que era difícil de imaginar cómo cambiaría las vidas de millones de personas.

Los diarios nacionales tenían en tapa casi como una copia fiel: las fuertes declaraciones de la diputado del ARI, Elisa Carrió, sobre dos temas que sostenían la agenda de ese momento.

La detención del ex presidente Carlos Menem, quien era investigado por lavado de dinero en una comisión legislativa que Lilita integraba, y que tuvo en esas última horas una respuesta del gobierno suizo que no “había detectado ninguna cuenta" al nombre del exmandatario.

Pero también Carrió tenía otro foco encendido en sus denuncias, y se trataba de la investigación por supuesto sobornos en el Senado para sancionar la polémica Ley laboral. “Fueron ordenados desde la Presidencia de la Nación.”, denunciaba la legisladora.

Por otro lado, mientras la Unión Industria de la Argentina intentaba cambiar el espeos clima que se viviía con las finanzas y la producción con una propuesta directa al FMI: la creación de un Banco Reconversión Industrial similar a la idea del Banco Nacional de Desarrollo pero “sin los problemas que tuvo”, sostenía el entonces titular José de Mendiguren.

A la vez desde la UIA se trazaba un diagnóstico de la situación económica del país hace dos décadas.

“El problema principal de la Argentina hoy es el crecimiento y el déficit fiscal, que a su vez es la consecuencia de la falta de crecimiento” se señalaba.

Y tenían una receta: “Un plan para mejorar la competitividad es el establecimiento de un programa de aranceles y reembolsos que vaya decreciendo a medida que se vaya cumpliendo el plan de competitividad”. El FMI le bajó a las dos ideas el pulgar.

Por su parte la tecnología estallaba con el impulso de dotar a todos los estadounidenses de equipos de celulares capaces “de mantenerlos online permanentemente”, como ya sucedía en Esandinavia y en países de Asia. Sin embargo había algunas dudas si ese cambio cultural sería fácilmente aceptado.

En la TV argentina era un éxito diario “El Sodero de mi vida (ElTrece) con Dady Brieva y Andra del Boca; Tinelli seguía en la medianoche de Telefe con su clásico VideoMatch. El mismo canal sacaba jugo a la segunda edición de “Gran Hermano”, y en el Canal 9 (Azul TV) comenzaba “Popstars”, que formaría a “Bandana”. También ya era un éxito, en su primera temporada, “Poné a Francella”.

Boca y River transitaban la semana previa al Superclásico, y esa noche del 11 de septiembre estaba anunciado la entrega de los premios Grammy Latinos en Los Ángeles, con varios argentinos nominados como Fito Páez, Natalia Oreiro, Horacio Salgan, Gustavo Santaolalla y Alejandro Lerner, con la canción del año: “Amarte Así”.

La fiesta se suspendió luego de los ataques a las Torres Gemelas, en un día que todo quedó archivado, como las perspectivas que esa mañana del 11 de septiembre que se tenía sobre la economía mundial para 2001.

El FMI había proyectado un crecimiento del 2,7% para este año, y era ya una revisión a la baja: el Fondo había estimado 3,6% a inicio de 2001. El Citigroup la veía peor: 1,8%, y estuvo más cerca de la realidad tras los atentados.

Producción: Roberto Blanco Macor de Asteriscos.Ar