Murió Billy Cafaro, uno de los primeros rockstar de la Argentina
Con exorbitantes ventas de discos y largas colas para verlo actuar, tuvo un breve reinado por “burlarse” del tango. Marcó toda una época
6 de septiembre de 2021
Billy Cafaro, el cantante que con la versión en castellano del tema de Paul Anka “Pity Pity”, en 1958, se convirtió en un pionero del rock and roll en la Argentina, murió en la noche del sábado a los 84 años. La noticia fue confirmada por su esposa Susana Sanfilippo a FM Emociones, de San Nicolás, dedicada a la música retro, aunque no dio mayores precisiones sobre las causas de la muerte.
De inmediato, se hicieron ecos algunas figuras contemporáneas al artista, como el caso de Johnny Tedesco, quien le dedicó un sentido mensaje en su página oficial de Facebook.
“Adiós Billy Cafaro. Para mí el primer ídolo argentino de música de rock. Encender la radio en cualquier horario sonaba el gran Billy con su extenso y exitoso repertorio. Excelente intérprete de clara, potente y afinada voz. Llenaba estadios y detenía el tránsito en sus presentaciones radiales bajando en helicóptero en pleno Obelisco”, escribió el ex Club del clan.
Nacido bajo el nombre de Luis María Cafaro, en el porteño barrio de Palermo, el futuro cantante, primo de los hermanos Expósito e hincha de Chacarita Juniors, mostró desde pequeño su inclinación para la música, pero no contó con el apoyo de su familia, que decidió inscribirlo en un colegio industrial por entender que allí tendría un futuro económico asegurado.
Con esa excusa, en su adolescencia, se escapó de su casa e intentó cruzar la frontera con Paraguay en busca de un mejor destino, pero fue detenido y devuelto a su hogar, desde donde finalmente decidió poner en marcha su sueño artístico.
Aunque encaró un repertorio con una fuerte presencia tanguera y de boleros, los ecos del boom del rock and roll que llegaron al país con el filme “Rock Around the Clock”, con Bill Halley, lo llevaron a poner un ojo en el nuevo género.
Así encontró en “Pity Pity”, de Paul Anka, la plataforma ideal para lanzarse el estrellato, algo que cristalizó de inmediato en 1958 con 300 mil copias vendidas, que impulsaron la grabación de un larga duración.
En ese lapso, Cafaro se estableció como un verdadero ídolo juvenil, por el cual se formaban largas colas para sus presentaciones, al tiempo que era requerido por señales de radio y televisión.
Pero al año siguiente sufrió un duro revés del que nunca se pudo recuperar, cuando grabó “Kriminal Tango”, con el cual enfureció a los tradicionales seguidores del género, quienes creyeron ver ahí una desfachatada burla del rock hacia el tango.