De la servilleta de Corach, a "Spartacus". Fue salvado por el menemismo de un juicio político en el 2001. Sobreseyó a Néstor y Cristina Kirchner
El exjuex Norberto Oyarbide murió este miércoles, luego haber estado internado cerca de dos meses por coronavirus. Fue desde los años 90 el ícono del juez escandaloso que negoció su permanencia en el cargo a cambios de favores para la mayoría de los gobiernos de turno. Y así con 47 pedidos de juicio político sobrevivió hasta el 2016. En la justicia federal hay otros Oyarbide pero sin un perfil tan alto y, también, hay políticos que aprovecharon su fragilidad psicológica, sobre todo después del escándalo de Spartacus de 1997 para sacarle fallos "a medida".
Intervino en decenas de casos de corrupción. Por ejemplo:
-En la causa del desvío de fondos del plan de viviendas Sueños Compartidos nunca imputó a De Vido y a Bonafini.
-En la Mafia de los Medicamentos nunca imputó a Hugo Moyano.
-Y, sin precedentes, frenó un allanamiento en plena ejecución a una financiera por pedido de Carlos Liuzzi, la entonces mano derecha del secretario Legal y Técnico Carlos Zannini.
-Salvó a Amado Boudou en la causa por presuntas irregularidades en el manejo de fondos cuando se desempeñó como titular de la Anses y por el canje de bonos de deuda.
En 1995, sufrió el primer golpe cuando el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, lo incluyó entre los jueces de la famosa “servilleta de Corach”.
Tres años después de su nombramiento siguieron los alborotos. La Policía Federal allanó la habitación del narcotraficante mexicano Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, en el hotel Fourn Season.
Descubrió que había llamadas al prostíbulo para hombres Spartacus de Palermo y fue a allanarlo. Eran de un turista norteamericano que se había alojado en forma anterior a Carrillo, luego se dieron cuenta. El conserje de Spartacus les advirtió que tenían la protección de Oyarbide y saltó el escándalo.
Así estalló el caso con Luciano Garbellano, uno de los promotores de Spartacus y los videos de sus clientes, entre ellos Oyarbide eligiendo taxisboys vestidos como gladiadores romanos. Hubo un torbellino de acusaciones, sobre todo por enriquecimiento ilícito de un juez que comía todos los días en el restaurante La Recova debajo de la 9 de Julio.
Oyarbide empezó a ser investigado por el fiscal José María Campagnoli por enriquecimiento ilícito y la entonces diputada de la UCR, Elisa Carrió, empezó a ser su implacable acusadora en el juicio político abierto en la cámara baja.
“Carrió exagera tanto que cree que soy un corrupto desde que era un espermatozoide”, dijo una vez.
Estuvo 22 meses con licencia médica. Diputados aprobó su juicio político por mayoría. Pero el caso se trabó en el Senado por presiones de los menemistas.
Hasta el 11 de septiembre de 2001, el día del ataque terrorista a las Torres Gemelas de EE.UU., en que el peronismo aceptó votar el caso. Los peronistas votaron a favor de Oyarbide, con excepción del tucumano José Carbonell, la cordobesa Beatriz Raijer y el chubutense Osvaldo Sala. Estos tres votaron en contra, junto a todos los senadores de la Alianza entre la UCR y Chacho Alvarez.
El resultado fue 21 votos a favor y 21 en contra, pero hacían falta los dos tercios de los presentes para aprobar la destitución.
Después de un retorno con bajo perfil a tribunales, el lunes 12 de agosto de 2002 Oyarbide tomó una medida polémica: unificó las causas por la cuenta bancaria que Carlos Menem había ocultado en Suiza y por el supuesto enriquecimiento ilícito de su secretario privado, Ramón Hernández, ex cabo de la policía de La Rioja.
Además, con esa excusa jurídica separó del caso al fiscal Carlos Stornelli -a quien los menemistas habían bautizado “storbelli”- y luego favoreció a sindicalistas peronista en otra causa, pagando aquel apoyó que lo salvó de la destitución. Así empezó, otra vez, a devolver favores.
Pero la más escandalosa fue, sin dudas, el sobreseimiento exprés de Néstor y Cristina Kirchner por el aumento de su patrimonio en un 158% en el 2008 en una causa por supuesto enriquecimiento ilícito.
El ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, reveló en el 2018 que Kirchner lo llamó en el 2008 y le pidió que viajara a Buenos Aires donde lo llevaron a una casa segura de la SIDE y se reunió con Oyarbide y una perito de la Corte para ajustar los números y preparar el sobreseimiento. En la casa había una mesa con dos bandejas de masas finas. El contador pidió té, pero Oyarbide reclamó una botella de champagne para amenizar la conversación.
Cuando se conoció la confesión de Manzanares en 2018, Oyarbide dijo que firmó aquel fallo porque "lo agarraron del cogote" en la SIDE.
El 22 de junio de 1951, en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, nació Norberto Mario Oyarbide. Era el hijo único del peluquero Gregorio “Toco” Oyarbide y de la telefonista Isidora “la Morocha” del Carmen Portillo, ferviente católica quien tuvo una fuerte influencia sobre el juez hasta que murió.
rob