El Boca de Sebastián Battaglia, con varios juveniles de arranque, venció 3-1 a Platense en Vicente López, por la octava fecha de la Liga Profesional, y sumó su segunda alegría consecutiva luego de haber derrotado por la mínima a Patronato el domingo pasado.

Gracias a un error defensivo local, Norberto Briasco marcó el primero de la noche, que también significó tuvo su bautismo de gol con esta camiseta, mientras Diego González y Cristian Pavón sentenciaron la historia en el complemento.
El Xeneize buscó plantarse firme en el Ciudad de Vicente López y ser protagonista desde el primer instante de la etapa inicial, con Juan Ramírez hilvanando el juego y pisando el acelerador al momento de atacar y con Agustín Sández intentando sorprender con sus escaladas por el sector izquierdo.

A los cinco, Aaron Molinas avisó con un remate cruzado que pasó lejos del arco de Jorge De Olivera, quien volvió a ser exigido a los diez tras un cabezazo débil y sin dirección de Luis Vázquez en el área chica.

El Calamar respondió pasado el cuarto de hora a través de un bombazo de Florián Monzón, hijo del histórico Moncho, ayudante de Julio César Falcioni en Independiente, luego de la pérdida en mitad de cancha de Alan Varela.

A los 23, cuando Boca era preciso en el traslado de la pelota pero carecía de profundidad para lastimar a Platense, llegó el gol de la forma menos esperada: Carlos Izquierdoz envió un pelotazo al campo rival, Norberto Briasco corrió a buscarlo y, cuando la jugada parecía diluirse por la presencia de los dos zagueros y el propio arquero calamar, el atacante punteó la pelota y la hizo dormir entre las redes. Regalo de Platense y primer gol del atacante nacionalizado armenio con el escudo azul y oro.

Para el complemento, Boca asfixió al elenco de Leonardo Madelón y rápidamente volvió a ponerse arriba en el marcador: a los siete minutos, el Pulpo González capturó un despeje en la medialuna del área y, con una definición sutil al rincón, firmó el 2-1 merecido para la visita, que también tuvo otras chances en los pies de Molinas y Sandez.

El cierre del encuentro fue a puro nerviosismo y hubo tiempo para una polémica después de que Rossi se llevara puesto a Matías Tissera en el punto penal y el árbitro Leandro Rey Hilfer indicara infracción para un Xeneize que sufrió las embestidas de Platense y que, más allá del ahogo final, pudo sentenciar la historia con una caricia al ángulo de Cristian Pavón, ingresado diez minutos atrás, para el 3-1.

rob