Laurel Hubbard, la pesista transgénero, que hizo historia
Fue debut y despedida para la neozelandesa que falló en sus tres intentos en la categoría de +87 kilos. La polémica y su gratitud a los organizadores
3 de agosto de 2021
La participación de Laurel Hubbard, una levantadora de pesas transgénero de Nueva Zelanda, marcó un momento histórico en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Su participación paradójicamente no pasará a la historia luego de fallar en sus tres intentos en las eliminatorias de la categoría de +87 kilos, pero lo que sí dejó fue un acalorado debate sobre uno de los temas más polémicos del deporte.
Hubbard, de 43 años, nació hombre y compitió en las categorías masculinas antes de comenzar un proceso de transición para convertirse en mujer a sus 30 años. Y se volvió elegible para las mujeres después de cumplir con los criterios del Comité Olímpico Internacional (COI) para los atletas transgénero.
El COI celebró su participación en los Juegos como mujer transgénero. "Laurel Hubbard es una mujer y compite bajo las reglas de su Federación. Debemos rendir homenaje a su coraje y tenacidad", señaló a la prensa el director médico del COI, Richard Budgett, en Tokio.
Sin embargo, su presencia en Tokio provocó un complejo debate sobre cuestiones de bioética, derechos humanos, ciencia, equidad e identidad en el deporte.
La gente que apoya a Hubbard cree que clasificarse para los Juegos representa una victoria para la inclusión y los derechos de las personas transgénero.Pero otros ven que tiene una ventaja injusta sobre sus rivales femeninas debido a las capacidades físicas heredadas de décadas atrás cuando competía como hombre.
El debate sobre este tema es intenso y en ocasiones apasionado, especialmente en internet, lo que ha llevado al Comité Olímpico de Nueva Zelanda a tomar medidas para proteger a Hubbard de los 'trolls' de las redes sociales.
No obstante, el COI reconoce que la presencia de Hubbard plantea algunas preguntas legítimas en cuanto a si Hubbard tiene, en la jerga que utiliza el organismo sobre estos asuntos, una "ventaja competitiva desproporcionada".
rob