La cantidad de contagios diarios saltó a 800 a 6.175 durante el verano, como consecuencia de que la variante Delta ya predomina en un 80% del país. Ya se habla de una tercera dosis
Italia, uno de los países más castigados por la pandemia de coronavirus, afronta la cuarta ola de contagios, de la mano del florecimiento de la variante Delta.
La cuarta oleada de la pandemia en Italia, iniciada en febrero de 2020, ya está instalada gracias a la variante delta, que en menos de un mes predomina al 80%.
La nueva amenaza complica los planes de terminar con la peste gracias a la vacunación masiva de la población hacia fines de setiembre.
De EE.UU. y China llegan malas noticias que añaden preocupación y confirman el final anticipado del “verano feliz” que había comenzado con la agonía de la tercera oleada en junio.
Ya se discute la necesidad de aplicar una tercera dosis masiva para afrontar la acción de las variantes del virus, sobre todo ante el alto riesgo real de que aparezca uno que resista a todas las vacunas y alcance nuevos niveles de contagio y potencia viral.
Israel comienza este fin de semana a aplicar la tercera dosis.
Los contagiados diarios oscilaban en Italia en torno a 800 a finales de julio con 10 semanas de descenso cotidiano de los datos.
Un mes después superan los 6.171 infectados. Las proyecciones elevan el total a 30 mil casos cada 24 horas cuando concluya agosto, el gran mes del verano boreal italiano.
Hasta ahora es muy bajo el número de muertos, 11 este jueves. Expertos advierten que los números más luctuosos comenzarán dentro de poco.
Desde comienzos de la pandemia, en febrero de 2020, Italia ya suma 128.029 los muertos. Todavía la terapia intensiva es inferior a 200 internados. Pero la cuarta oleada recién comienza.
La única respuesta efectiva a la agresión de la variante delta es la vacunación masiva, según especialistas.
En Italia el ritmo diario es de 550 mil inoculaciones en cientos de centros distribuídos en la península.
Casi 60% de los habitantes mayores de 12 años han sido inmunizados y en total han sido inyectadas 67 millones de dosis.
Los laboratorios Pfizer han suministrado 50 millones a Italia y prometen abastecer las necesarias para completar la llamada “inmunidad de rebaño”, calculada en 54,5 millones de los 60 millones de habitantes que quedarían protegidos.
Los datos de incidencia del virus y de niveles de contagio suben continuamente. La mayoría de las veinte regiones italianas han superado la cifra clave de 50 casos cada 100 mil habitantes. Hasta hace poco superar esa barrera obligaba automáticamente a cada región a pasar del color blanco de riesgo bajo al nivel amarillo.
Alli comienzan las restricciones en los movimientos individuales , en el uso del barbijo, que suben al toque de queda y otras medidas para inmovilizar a la gente y al virus cuando se llega al nivel anaranjado y rojo. Ese último implica la generalización de las cuarentenas.
El verano feliz promovió el criterio de aflojar las riendas para asegurar un renacimiento del turismo en las medidas precaucionales, que ahora se basan en el deterioro hospitalario.
El nivel amarillo de riesgo mediano comienza con el 10% de casos en terapia intensiva y 15% entre los pacientes menos graves. Escala hasta el rojo, cuando las terapias intensivas ocupadas llegan al nivel de guardia del 30% y los otros pacientes al 40% de las camas libres. Hasta hace dos semanas, los datos hospitalarios estaban en una bajada triunfal. Hace una semana eran del 2% en las terapias intensivas y del 3% en las salas generales.
Pero el aumento de los contagios producen el inevitable impacto y los datos están subiendo, por ahora lentamente.
La Fundación Gimbe, que monitorea los datos de la pandemia, anunció que “tras 15 semanas de caída, vuelven a subir las víctimas”. Fueron 111 en la última semana, el 46% respecto a la precedente.
Indiccó que en la semana que concluyó este miercoles hubo 64,8% de incremento de los casos.
Los dos golpes duros que avisan la que se viene, según los expertos, vinieron de Estados Unidos y China.
El CDC, la máxima autoridad sanitaria de EEUU, en la que reina con su autoridad el superconsejero del presidente Biden, el profesor Anthony Fauci, sintetizó la gravedad de la situación en una frase: “La guerra ha cambiado”.
La variante delta “es mucho más contagiosa y tiene mayores probabilidades de superar la protección desarrollada por las vacunas, y puede causar enfermedades más graves respecto a las otras variantes conocidas”, sostuvo.
La lucha contra la pandemia no ha terminado aún.
En Italia, la mayoría de las regiones superó la cifra de 50 casos cada cien mil habitantes