Bochornoso final: golpes y gases con los jugadores de Boca
Tras ser eliminado, camino a los vestuarios, hubo un cruce entre los agentes y los integrantes del plantel xeneize, y se desató el escándalo
21 de julio de 2021
Boca perdió por penales ante Atlético Mineiro por los octavos de final de la Copa Libertadores en medio de un gran escándalo por el gol anulado a Marcelo Weigandt, que se sumó al invalidado a Diego González en el juego de ida.
Pero una vez consumado el tropiezo auriazul, la tensión se trasladó camino a los vestuarios.
Es que mientras se trasladaba hacia los vestuarios, parte de la delegación de Boca se cruzó con agentes de seguridad y eso no hizo más que encender la mecha.
Allí, los jugadores de la Ribera arremetieron contra los dueños de casa y los agentes de seguridad, derribando vallas y lanzando objetos contundentes. A Sebastián Villa, por caso, se lo puede observar en los videos arrojando un dispenser.
Y a Jorge Bermúdez, integrante del Consejo de Fútbol, insultando a alguien: “Pedazo de puto”. En ese instante, el accionar boquense fue repelido con gas pimienta.
En el inicio del caos se los ve a Raúl Cascini y el Chelo Delgado, los otros laderos de Riquelme en el Consejo, y al propio Miguel Ángel Russo, que protestan y gritan airadamente.
Eso generó los roces con los agentes, sobre todo cuando uno, identificado con el N° 145, parece responderle al ex volante.
Pero los ánimos no se calmaron allí. Los integrantes del plantel xeneize difundieron imágenes en los pasillos del estadio en los que se puede apreciar la represión policial y a varios jugadores y allegados afectados por los gases lacrimógenos.
La jugada que desató la furia argentina se dio a los 16 minutos: un centro frontal provocó un rechazo defectuoso del arquero. La pelota le quedó a Weigandt, quien abrió el marcador con un remate potente.
Pero, como en la ida, la Asistencia Arbitral por Video resultó una pesadilla para Boca. Primero, Mineiro protestó una supuesta falta previa del lateral, que no existió.
Pero el árbitro Esteban Ostojich demoró en reanudar porque la tecnología estaba revisando la acción. El VAR llamó al uruguayo a la pantalla y terminó anulando la conquista.
Los jueces entendieron que Diego González, en un discutidísimo offside, intentó intervenir antes de la salida del guardameta. Miguel Russo, sacado, protestó airadamente, todo el banco se fue encima de la terna arbitral. Incluso, en el momento de la revisión, hubo un par de refriegas. Como en la ida, el Xeneize se vio perjudicado.
rob