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23 de noviembre de 2024
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Creador de Dogecoin: "Las criptomonedas son un fraude"
Jackson Palmer afirmó que las divisas digitales solo ayudan a que los ricos sean más ricos. La definió como una "tecnología hiper capitalista de derecha”
15 de julio de 2021
Jackson Palmer, uno de los creadores de Dogecoin, la popular criptomoneda que empezó como “un chiste” y hoy tiene una capitalización total de más de mil millones de dólares, abandonó el mundo cripto en 2015.

Desilusionado, por aquel entonces explicó que el concepto ya no se adecuaba a sus valores. Y este miércoles volvió a cargar con todo contra el sistema: “Es una tecnología hiper capitalista de derecha”.

Palmer no hablaba del tema desde hacía mucho tiempo, pero este miércoles decidió tuitear recordando las razones por las cuales abandonó el mundo de las cripto y, además, fundamentó sus motivos para abandonar ese barco.

“A menudo me preguntan si ‘regresaré a las criptomonedas’ o comenzaré a compartir mis pensamientos sobre el tema nuevamente. Mi respuesta es un ‘no’ de todo corazón, pero para evitar repetirme, creo que podría valer la pena explicar brevemente por qué aquí”, disparó en un tuit que se convirtió en un hilo.

Su fundamento es, básicamente, que las criptomonedas son un fraude que ensancha la brecha de la desigualdad, por el contrario de la idea que la descentralización propone.

“Después de años de estudiarlo, creo que la criptomoneda es una tecnología hipercapitalista inherentemente de derecha construida principalmente para amplificar la riqueza de sus defensores a través de una combinación de evasión fiscal, supervisión regulatoria disminuida y escasez impuesta artificialmente”, lanzó Palmer.

Siguió: “A pesar de las afirmaciones de ‘descentralización’, la industria de las criptomonedas está controlada por un poderoso cartel de figuras adineradas que, con el tiempo, han evolucionado para incorporar muchas de las mismas instituciones vinculadas al sistema financiero centralizado existente que supuestamente se propusieron reemplazar.

Según Palmer, además, el uso extendido de esta tecnología se nutre, en parte, de la ilegalidad, al aprovechar “una red de conexiones comerciales turbias, personas influyentes compradas y medios de pago por juego para perpetuar un embudo de culto de ‘hacerse rico rápidamente’ diseñado para extraer dinero nuevo de los ingenuos y desesperados financieramente”.

Las criptomonedas basan su circulación en la propia comunidad. Sucede que se crean de manera digital y no dependen de terceros para ser creadas o intercambiadas: son los usuarios los que inscriben las transacciones en el blockchain, que es un registro público, accesible, muy difícil de crackear.

rob