Matan a cuatro acusados por el asesinato del presidente de Haití
Además, detuvieron a otros dos sospechosos del crimen en el que también resultó herida su mujer. Brutal violencia en el país más pobre de América, que abre interrogantes
8 de julio de 2021
Cuatro supuestos asesinos del presidente haitiano, Jovenel Moise, fueron abatidos por la Policía y otros dos detenidos este miércoles, anunció el director general de la Policía, Léon Charles. "Cuatro mercenarios fueron asesinados, dos puestos bajo nuestro control. Tres policías que habían sido tomados como rehenes fueron recuperados", dijo Charles a la televisión.
Según el juez que investiga el caso, citado por la prensa local, el presidente Moïse, de 53 años, recibió 12 balazos, y su oficina y su habitación fueron saqueadas.
En un escenario de confusión política, el viceministro de Comunicaciones, Frantz Exatus, había reportado en Twitter que "los presuntos asesinos" habían sido "interceptados" por la Policía en el mismo barrio de Puerto Príncipe donde se produjo el magnicidio esta madrugada.
Moise fue asesinado durante un ataque comando a su residencia. Su esposa resultó herida y permanece hospitalizada en Miami.
"Esta mañana mismo, a la una de la mañana, 7 de julio, un grupo de personas no identificadas, que hablaban en español e inglés, asesinaron al presidente de la República. El presidente ha muerto a causa de sus heridas", describió el primer ministro, Claude Joseph.
Joseph dispuso de inmediato el estado de sitio, cerró el aeropuerto de la capital y blindó la frontera con República Dominicana, país con el que Haití comparte la isla La Española.
La condena de Alberto Fernández El presidente Alberto Fernández condenó el hecho a través de su cuenta en Twitter y llamó "a la unidad para restablecer el Estado de derecho y la democracia ante este crimen atroz".
"Desde Argentina condenamos y lamentamos profundamente el asesinato de Jovenel Moïse, presidente de Haití. Acompañamos al pueblo haitiano y llamamos a la unidad para restablecer el Estado de derecho y la democracia ante este crimen atroz", publicó el mandatario argentino.
En declaraciones al canal Todo Noticias (TN), una argentina que reside en Haití explicó que "en el último mes y medio se venía dando un aumento en la cantidad de secuestros", además de la "extensión geográfica de la presencia de bandas fuertemente armadas, de pandillas con armamento de guerra".
"Los líderes de estas bandas realizaban declaraciones de guerra abiertamente en sus redes sociales. Se venía dando un deterioro en la situación de la seguridad", agregó.
Asesinato antes de las elecciones
El asesinato se produce dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moise no podía ser candidato.
Moise había convocado para la misma fecha a un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto que generó polémica y no contaba con el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional.
Haití atraviesa una fuerte crisis política desde mediados de 2018 y vivió su momento más grave el pasado 7 de febrero, fecha en la que Moise denunció que la oposición, con el apoyo de jueces, tramaban un golpe de Estado.
De forma paralela, Haití atraviesa una profunda crisis de seguridad, que se ha agravado en especial desde comienzos de junio por luchas territoriales entre las bandas armadas que se disputan el control de los barrios más pobres de Puerto Príncipe. La muerte de Moïse pone al país ante una etapa de incertidumbre y alimenta la idea de la creación de una “Somalia en las Américas”, como han descrito algunos analistas.
A la crisis humanitaria provocada por un año de pandemia y huracanes se suma la violencia de las bandas urbanas, que han elevado el nivel de terror por los asaltos y secuestros que asolan el país. Paralelamente, el caos político parece instalarse como única forma de Gobierno en la nación más pobre de América (y una de las más pobres del mundo).
El asesinato ha sorprendido a las clases políticas y diplomáticas en el país, ya que se produce a poco más de dos meses de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre.
En esos comicios ya quedaba establecido que Moïse no podía ser candidato y, por tanto, era la hoja de ruta aceptada por la comunidad internacional para dar salida a la crisis. La oposición acusaba a Moïse de aferrarse al poder y gobernar por decreto desde que disolvió la Asamblea. El mandatario aseguró que dejaría el poder en 2022 con el argumento de que su llegada real al puesto se había producido en 2017, más tarde de lo previsto.
Moïse asumió el cargo en medio de unas polémicas elecciones que tuvieron que ser repetidas, pero que posteriormente ganó con claridad y sin necesidad de segunda vuelta. El pasado febrero, Moïse denunció un fallido golpe de Estado y un intento de magnicidio, y hasta un juez de la Corte Suprema se proclamó presidente legítimo.
“El golpe de Estado no es un hecho puntual, sino una secuencia de acciones. Hasta ahora los gobiernos eran títeres de los grupos económicos, pero esto hoy no sucede y nuestras decisiones sientan muy mal a quienes se sienten poderosos e intocables. Un pequeño grupo de oligarcas está detrás del golpe y quiere apoderarse del país”, denunció.
Moïse fue elegido en 2015 con la promesa de llevar agua corriente y electricidad a todo el país. Con la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, tanto el Departamento de Estado, la OEA (Organización de Estados Americanos) y el Core group, el grupo de países amigos de Haití, entre los que están Canadá, Estados Unidos, Francia, España o Brasil, respaldaban la opción de que Moïse concluyera su mandato en 2022, aunque exigían la restauración de los diferentes poderes del Estado.