Niño gastó 1800 dólares en jueguitos y el padre vendió el auto
El hombre debió liquidar su automóvil para pagar la tarjeta, luego que su hijo pagó ese dinero por jugar a los videogames en una hora
30 de junio de 2021
Los celulares en manos pequeñas, sin el debido control de un adulto, pueden derivar en una serie de situaciones no deseadas. Un ejemplo elocuente y bien reciente es el caso de un hombre que tuvo que vender el coche familiar para pagar las deudas que su hijo de siete años acumuló en un jueguito móvil.
Los protagonistas de la historia son Muhammad Mutaza, que trabaja como doctor y reside en Gales, y el pequeño Ashaz.
El desliz ocurrió en solamente una hora. Durante ese lapso, el doctor Mutaza permitió a su hijo jugar a Dragons: Rise of Berk, una app gamer que se descarga gratis en iOS y que, igual que muchas otras aplicaciones, incluye compras dentro de la herramienta. Con un iPhone en mano, el nene hizo 30 transacciones dentro de la aplicación y gastó un total de 1.800 dólares.
Apple reembolsó 290 dólares al desesperado padre que, no obstante, debió vender su automóvil para pagar ese saldo y que además despotricó contra la compañía de Cupertino.
Según cuentan en el sitio Cult of Mac, Apple envió una notificación luego de cada compra, pero las mismas llegaron a una dirección de correo electrónico que Mutaza no revisa en forma habitual. Cuando el doctor se enteró de la deuda creyó que se trató de algún tipo de estafa, pero luego descubrió que Ashaz era el responsable. Un detalle: el niño conocía la contraseña de la cuenta de su papá.
Mutaza manifestó su enojo con Apple, cuyos productos utiliza desde hace más de 15 años. “Bien hecho, me han estafado, felicitaciones. Han logrado estafar a mi hijo, lo han engañado”, dijo Mutaza quien dijo que jamás volverá a confiar en los servicios de la compañía de la manzana mordida.
Por su parte, desde Apple dijeron que cualquier iPhone o iPad que utilice un menor de 13 años debería tener habilitada una opción de seguridad que se aplica antes de cada compra y avisa a los adultos responsables en el caso de que un niño quiera realizar una transacción. El problema, en este caso, fue también que Ashaz lo hizo desde el teléfono que habitualmente usa su padre.