Desde este lunes sólo podrán regresar al país 600 pasajeros diarios por vía aérea, para tratar de frenar la entrada de la temible variante Delta de coronavirus al país.

Hasta la semana pasada, entraban el triple, entre 1.500 y 1.800 pasajeros diarios, y se verificó que el 40% incumplió la cuarentena obligatoria.

La reducción del cupo, que se estableció en la declaración administrativa que extendió las restricciones por la pandemia, estará vigente en principio hasta el 9 de julio.

El cupo de 600 psajeros equivale dos Airbus 330-200 -uno de los aviones de la flota de Aerolíneas Argentinas- con todos sus asientos ocupados.

La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) define el cronograma en el que estarán encuadrados los 600 pasajeros diarios.

El diálogo con las distintas empresas -que ya presentaron varias quejas- había empezado el viernes, luego de que se anunciara la medida.

Entre las distintas maneras de adecuar la operación a la disposición del Ejecutivo, se contemplaba que a partir de este lunes las compañías presten servicio con aeronaves más chicas, o con los mismos aviones pero con una capacidad limitada.

Aerolíneas Argentinas indicó que todos los vuelos previstos para este lunes están confirmados.

Las reprogramaciones de la línea aérea de bandera comenzarán a partir del martes.

Los pasajeros con PCR negativo deberán cumplir un aislamiento de 10 días.

Para dimensionar el reordenamiento, para este domingo había 14 vuelos internacionales programados, según figuró en la sección "Arribos" de los sitios web de los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque.

Para cumplir con el cupo de 600 pasajeros, cada avión hubiera tenido que transportar, en promedio, 42 personas.

"Tal como está, las compañías aéreas no podrán aplicar la nueva norma del Gobierno. Como mínimo, deberían informar cómo se distribuirán las 600 plazas entre las compañías aéreas", reclamó la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).

La entidad además pidió una reunión urgente con el Gobierno argentino.

La reducción en el ingreso de pasajeros busca contener la variante Delta del Covid-19, la más contagiosa, que generó nuevos brotes en Inglaterra, Israel y Australia.

Para las autoridades nacionales, una de las estrategias para retrasar su propagación es bloquear su "entrada" al país por Ezeiza.

La semana pasada en el Gobierno también se analizaba que todos los argentinos y residentes que regresaran por vía aérea cumplieran un aislamiento en hoteles.

Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, casi el 40% de las personas que entran a la Argentina no respetan la cuarentena obligatoria. Pero la decisión de volver a recurrir a los hoteles para garantizar un aislamiento, no está en los planes a implementar en las próximas horas.

Incluso en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires, para este lunes no se preveían cambios respecto al viernes pasado. En el caso porteño y bonaerense, por el momento solo se está alojando en hoteles a las personas que dan positivo al llegar del exterior. El resto -quienes arriban con un PCR negativo y vuelven a tener ese resultado en el test hecho en el aeropuerto-, debe aislarse durante 10 días en su domicilio.

La decisión administrativa dejó a criterio de las provincias definir en qué lugar tendrán que cumplir la cuarentena quienes vuelvan a la Argentina entre el 1° de julio y el 31 de agosto. La medida establece que el aislamiento debe ser de siete días contados desde el test realizado en Ezeiza.

También dispone que los costos de la estadía en los lugares de aislamiento y el de las pruebas de secuenciación que se hacen para determinar las variantes del Covid-19 correrán por cuenta del pasajero. Y que las autoridades establecerán como efectivizar el cobro de esos gastos.

Pero la Ciudad asumiría el gasto de alojamiento de los vecinos que regresen del exterior y deban aislarse, como viene sucediendo hasta ahora.

Hoy el ingreso de extranjeros al territorio nacional está prohibido, salvo en casos en los que la Dirección Nacional de Migraciones lo autorice por alguna de estas causas: reunificación familiar, trabajo, salud, razones humanitarias.

Las únicas vías de acceso son Aeroparque, el aeropuerto de Ezeiza, de San Fernando y la terminal Buquebus del puerto de Buenos Aires. Las fronteras terrestres siguen cerradas.