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21 de noviembre de 2024
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Creencias sobre el Covid que cambiaron en un año y medio de pandemia
Hay recomendaciones que siguen vigentes, pero otras fueron mutando. Las claves sobre el contagio y las mejores estrategias para reducir los riesgos sobre un virus que nos cambió la vida
21 de junio de 2021
Ya nada será igual tras la peste del siglo XXI detectada por primera vez en China hacia octubre de 2019, y esparcida con la velocidad de un rayo a todo el planeta.
Al 20 de junio de 2021, 3.868.000 personas ya había muerto como consecuencia de las infecciones muy difíciles de controlar provocadas por un un virus nuevo, de familia conocida (SARS), aunque con un potencial destructivo arrollador, capaz de provocar el colapso pulmonar en pocos días. Sólo en la Argentina ya provocó casi 90 mil muertes. Casi 180 millones de contagios se registraron en todo el mundo.
Hasta ahora sólo se habían visto virus de semejante características en películas apocalípticas. Pero ese futuro tan temido llegó, y la humanidad debe aprender a vivir de nuevo.
Cuáles algunos de los cambios de hábitos que impuso una pandemia que ya lleva más de 15 meses en la Argentina.
Según puclica Clarín, al principio se decía que el tapabocas no servía. Al tiempo se volvió obligatorio. Durante los primeros meses de la pandemia también había que cambiarse la ropa al llegar a la casa o rociarla con alcohol. Se creía que esa era una de las vías más importantes de contagio. Luego, el foco de atención pasó a los aerosoles que se desprenden al hablar o estornudar.

Un año y medio después, los infectólogos Eduardo López, jefe del departamento de Medicina del Hospital Gutiérrez, y Arnaldo Casiró, a cargo del área de Infectología del Hospital Álvarez, repasaron lo que se recomendó hasta hoy y cuánto de ello sigue vigente.

1- Usar tapabocas y ¿guantes?

No siempre se reconoció la utilidad del tapabocas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue cambiando sus recomendaciones y al comienzo de la pandemia dijo que solo era necesario entre las personas que presentaban síntomas.

China y Corea fueron los primeros países en los que se implementó su uso para reducir las chances de transmisión. Luego, se extendió la práctica en gran parte del globo. “Hoy se sabe que es una medida de prevención fundamental junto con el distanciamiento social”, resalta López. Durante los primeros meses de la pandemia también nos encontramos con gente que salía a la calle con guantes. Rápidamente los infectólogos desaconsejaron su uso por la falsa sensación de seguridad que podían generar. “Había personas que se tocaban la cara con los guantes usados y, en consecuencia, contaminados”, advierte Casiró.

2- Limpiar lo que llega del supermercado

La forma más frecuente de transmisión es a través de los aerosoles, “que son partículas de menos de 5 milimicrones que quedan suspendidas en el aire por minutos o hasta horas”, explica López.

Los especialistas sostienen que la posibilidad de contraer Covid por contacto con una superficie es mucho menor y que todo indica que el virus sobrevive pocos minutos sobre cartones, latas o paquetes de plástico. Sin embargo, Casiró aclara que “faltan estudios como para desalentar la limpieza de estos productos”. 3- Sanitizar frutas y verduras con lavandina

Comer frutas o verduras con partículas infectantes no es un mecanismo habitual de contagio de coronavirus. Igualmente, dejar remojar los vegetales por 20 minutos en agua con unas gotitas de lavandina es una buena práctica para eliminar virus y también bacterias. Es decir, es una rutina que se puede sostener aunque no resulta necesaria en lo que respecta a la lucha contra el coronavirus, remarcan los dos especialistas.

4- Pedir comida afuera

En el arranque de la pandemia para muchos no era una opción. El boom de recetas para preparar en casa tuvo un poco que ver con ocupar el tiempo “libre” en el hogar, pero también con el miedo inicial a pedir delivery o comer afuera (cuando volvió a estar permitido).

“Con la cocción se inactiva el virus. Faltan investigaciones sobre los alimentos crudos y fríos, aunque sí sabemos que su ingesta no está entre las principales vías de transmisión del virus”, comenta Casiró. 5- Sacarse la ropa y los zapatos al regresar de la calle

Contagiarse por lo que llevamos puesto puede llegar a ser la excepción, no la regla. Al principio de la pandemia se pensaba lo contrario. Hoy se considera esta medida como poco relevante. Los expertos dicen que no hay que rociar la ropa con alcohol ni cambiarse al ingresar a una casa, salvo que la persona haya estado en un lugar de mucha exposición como un hospital. Diferente es la situación al regresar del supermercado, por ejemplo.

6- Consumir multivitamínicos

Tener las defensas altas fue otro de los puntos sobre los que se insistió durante gran parte de la pandemia. En este contexto es que muchas personas recurrieron a los multivitamínicos. Los infectólogos explican que no todas las vitaminas impactan sobre las defensas y que incluso la vitamina C, que colabora en la prevención de un resfrío, no va a evitar el contagio del coronavirus.

Nutrirse bien siempre es fundamental, aunque no necesariamente va a marcar la diferencia a la hora de infectarse. A su vez, consumir multivitamínicos no es sinónimo de buena nutrición. 7- Evitar cualquier tipo de medicamento para no tapar síntomas

La automedicación siempre estuvo contraindicada, incluso antes del Covid. Sin embargo, en pandemia todo se llevó al extremo. Sigue siendo clave no tapar síntomas aunque hoy se sabe que la fiebre por Covid no desaparece por tomar un único paracetamol. Hay que estar atento a posibles síntomas y no subestimar dolores pero se puede tomar un analgésico frente a un malestar asociado, por ejemplo, a un dolor menstrual. Siempre que persista la molestia, hay que consultar al médico.

8- Ibuprofeno, ¿sí o no?

La premisa en el comienzo de la pandemia era “paracetamol sí e ibuprofeno no”. La explicación, según los infectólogos consultados, tenía que ver con “posibles efectos adversos de este último, como gastritis o sangrado”, destaca López. Además, se apuntó a homologar la recomendación con lo que ya ocurría con la gripe.

Actualmente, esta sugerencia cambió e incluso se publicó en mayo un estudio en la revista científica The Lancet en el que señalan que el Ibuprofeno no presenta contraindicaciones. “En una primera etapa también se aconsejaba evitar algunos antihipertensivos, que se decía que podían agravar el cuadro. Hoy se sabe que no es así”, agrega Casiró. 9- Terapias preventivas y tratamientos contra el Covid

Entre los fármacos más resonantes está la Ivermectina, un agente antiparasitario de amplio espectro que comenzó a utilizarse especialmente en forma preventiva contra el coronavirus. “Actualmente se considera que no tiene ningún rol en este aspecto y que incluso puede generar toxicidad hepática”, señala López.

La hidroxicloroquina es otra droga sobre la que la comunidad médica prestó especial atención y que, en un comienzo, trajo esperanzas en cuanto a la posibilidad de tratar esta enfermedad. Aunque luego se comprobó que no era eficiente contra el coronavirus. “Se combinaba con drogas retrovirales que antes se utilizaban en forma terapéutica para el VIH. Este medicamento tampoco se tradujo en una mejora en los pacientes con Covid”, aporta Casiró.

La tercera terapia que se llegó a pensar que podía impactar sobre el Covid de manera significativa fue el suero de convalecientes. Sin embargo, luego se supo que “solo resulta efectivo en cuadros leves y siempre que se administre en los primeros tres días del curso de la enfermedad”, aclara López.

10-Intervalos y combinación de las vacunas

Argentina mantiene la indicación de sostener un intervalo de dos semanas entre cualquiera de las dosis de las vacunas contra el coronavirus y la de la gripe. Sin embargo, la situación es diferente en otros países. “En Australia, por ejemplo, el plazo es de 7 días y en Estados Unidos se aplican en forma simultánea por lo que es posible que en el futuro la recomendación local se modifique”, comenta López.

Hasta hace poco, se pensaba que las vacunas de diferentes laboratorios e institutos y realizadas con distintas tecnologías no se podían combinar. Hoy se observa esta posibilidad como una estrategia prometedora a desarrollar. Incluso ya se está implementando en algunos lugares del mundo con AstraZeneca, Pfizer y Moderna. “Inglaterra, Canadá y Chile son algunos ejemplos de eso”, suma Casiró.
Ast