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Novak Djokovic se consagró como el rey de Roland Garros
En una increíble final venció al griego Tsitsipas en cinco sets, luego de perder los dos iniciales. Es el segundo Grand Slam del año que gana
13 de junio de 2021
En una gran final, el serbio Novak Djokovic le ganó al griego Stefanos Tsitsipas en cinco sets 6-7 (6-8), 2-6, 6-3, 6-2 y 6-4 y se quedó con el título de Roland Garros, el segundo Grand Slam del año.

El partido duró cuatro horas y once minutos y el número 1 remontó dos parciales ante su rival que lo sorprendió en el inicio con un gran juego.

Nole, con su victoria en el tradicional certamen parisino llegó a 19 Grand Slam y quedó a solo uno del suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal. Además, es el primer tenista de la Era Abierta en ganar al menos dos veces cada uno de los cuatro títulos de Grand Slam.

Fue un encuentro muy intenso donde ambos jugadores lo dieron todo y jugaron un tenis de excepción para quedarse con la gloria. A pesar de estar exhaustos, hasta el final del quinto set se brindaron en una definición épica donde cada punto se luchó a pleno.

En el comienzo del partido Nole la tuvo difícil con un Tsitsipas que fue muy competitivo y de los cinco primeros puntos se quedó con tres.

Pero el serbio empezó a mostrar su juego e igualó el marcador, aunque hubo una devolución corta donde Novak llegó exigido y se cayó al lado de la red, sin consecuencias físicas.

El griego se mostró como un rival muy fuerte para el número uno y metió una gran derecha para encarrilar el juego para ponerse 5-4. Fue ahí cuando el serbio volvió a aparecer para poner las cosas 5-5.

El griego se impuso en el primer parcial 7-6, (8-6 en el tie break) luego de más de una hora de acción.

El segundo set ya no fue tan parejo y el heleno, suelto y con un servicio dominante, controló las acciones para vencer por 6-2. Nole no se mostró cómodo en el parcial y fue superado en el trámite del juego como en el resultado.

En el tercer set, el semblante de frustración se apoderó de Djokovic durante el cuarto game: tuvo cuatro break-points que no pudo cerrar. Sin embargo, fiel a su estilo impasible, no aflojó y pudo confirmarlo para escaparse 3-1, la mayor ventaja de la que gozó en todo el partido. En esta manga el serbio recuperó definitivamente la solidez, dejó atrás sus errores, empezó a pegar más adelante y mejor posicionado, volvió a confiar en su servicio (no le dio al griego chances de quebrarle) y, sobre todo, apareció su devolución para neutralizar un saque de Tsitsipas que naturalmente goza de mayor potencia. Así sostuvo la distancia conseguida y lo cerró en 6-3 a su favor.

En la cuarta manga, la tónica no se vio modificada: un Tsitsipas pegando flojo, perdiendo precisión e iniciativa, totalmente superado pese a que en sus siguientes games de saque resolvió con relativa comodidad. En este sentido, Djokovic sabía que sólo necesitaba sostener su servicio para llegar al quinto set.

Y fue lo que hizo, para que por primera vez desde la histórica definición entre Guillermo Coria y Gastón Gaudio en 2004 el polvo de ladrillo parisino viera la final de Roland Garros llegar al parcial decisivo.




El estadio estalló cuando Tsitsipas se llevó el primer game del último set. Buena parte del público (salvo los serbios) no quería un cierre con un griego vencido, como lució durante ese largo rato. Por eso corearon a viva voz el nombre del heleno, que intentó nutrirse de esa energía para volver al partido.

Pero pareció un oasis, apenas. "Ball don't lie" ("la pelota no miente"), suelen decir en el básquet de la NBA. Y la pelota no mintió. El número 5 del mundo volvió a padecer, acumuló muchos errores en un brevísimo lapso de tiempo mientras el serbio, sin moverse del foco, capitalizaba, por ejemplo, quebrando en el tercer game.

Al menos, Tsitsipas mostró un poco más de actitud. En un séptimo game que estuvo a punto de dejarlo 2-5: salvó dos quiebres y "transpiró la camiseta" para quedar 3-4; hizo lo propio en el noveno, donde ya no podía perder más games, para evitar el triunfo de Djokovic y mantenerse en partido.

Sin embargo, y aunque Stefanos peleó ese último game, vendiendo un poco más cara la derrota y dejando al menos una imagen más acorde a sus estándares, el número 1 del mundo hizo lo que hacen los grandes y se llevó el título que lo deja a sólo un Grand Slam de Federer y Nadal.
rob