El impactante crecimiento de China bajo una dictadura
Cuestionado por la falta de libertades y la represión, el régimen chino exhibe una fuerte mejora en el ingreso per cápita y en la formación educativa
25 de mayo de 2021
Ya con más de 1.400 millones de habitantes, China -un experimento político, social y económico que arrancó en 1949 con el liderazgo de Mao TseTung en la luego fatídica plaza Tiananmen- puede exhibir al mundo formidables avances en la calidad de vida de su población.
Considerado el país de origen del coronavirus -una pandemia sobre la cual ni siquiera la China presidida por Xi Jinping (foto) brinda datos claros sobre cantidad de muertos y contagiados-, la población de ese gigante se reduce, pero sus ingresos mejoran en forma notable, según la estadística internacional.
La población china se redujo en 2020, pero sus ingresos se multiplicaron. Al concluir este 2021, el PIB per cápita de su población superaría los US$12.000 anuales, lo que le permitirá entrar al grupo de naciones de “ingresos elevados”.
La población alcanzó a 1.412 millones en 2020, desde un piso de 1.400 millones a finales del año previo. En la primera década del siglo eran 1.340 millones. El censo del 2021 revela que la extensión de la educación formal de la población de 15 años o más trepó a 9,91 años, lo que equivale a que se expande más de 1 punto porcentual cada 12 meses.
Esto sucede con una población que es crecientemente urbana, y que alcanza a 63,89% del total en 2020, y sería más de 80% en 2030.
El fenómeno de la urbanización china no tiene paralelo en la historia del mundo: 80% de la población era campesina en 1950 (la República Popular fue fundada el 1 de octubre de 1949 al proclamarla Mao TseTung en la plaza Tiananmen); y 80 años después sería urbana en más de 80%, y alcanzaría a 90% o más en los siguientes 10 años.
Su fuerza de trabajo (entre 15 y 59 años de edad) ascendió a 894 millones en 2020, lo que equivale a una disminución de 6,79 puntos porcentuales respecto al censo de 2010, en tanto que el segmento de 60 años o más trepó a 264 millones el año pasado, mientras que fueron solo 177,6 millones en 2010: aumentó en más de 90 millones en una década.
En ese mismo período, los jóvenes y niños de 14 años o menos ascendieron a 253 millones, lo que significa que esta es la primera vez en la historia china en que los adultos mayores superan a la población infantil/juvenil. Es el fenómeno del envejecimiento de la población, que es una característica central del mundo contemporáneo. Lo decisivo no son los datos demográficos, sino el factor cualitativo de que más de 440 millones de personas poseen ya niveles de ingreso comparables a los norteamericanos (US$35.000/US$45.000 anuales).
Esto es lo que ha desatado una excepcional capacidad de gasto, y la consecuencia es un boom de consumo superior al de EE.UU (US$6,9 billones vs US$5,9 billones), que se ha convertido en el eje de la demanda mundial, destaca el analista internacional Jorge Castro.
Todo en la República Popular gira ahora sobre la base de la capacidad de consumo de la nueva clase media de 440 millones de personas, con ingresos comparables a los norteamericanos, que serían 780 millones en 2025, y más de 1.000 millones en 2030. Esta clase media orienta sus ingresos libremente “disponibles” hacia productos cada vez más sofisticados vinculados con el conocimiento y el alto valor agregado, como la educación, la salud (incluyendo la alimentación), y los viajes (el turismo al mundo avanzado).
En 2019 fueron más de 150 millones los turistas chinos que salieron al exterior, y la mitad se dirigió a Europa y EE.UU; cada uno de ellos gastó un promedio por viaje de US$8.970, más que los turistas norteamericanos o alemanes en su caso.
Todos los años se gradúan 13 millones de estudiantes chinos, universitarios o de educación terciaria, lo que significa que la fuerza de trabajo que tiene este grado de conocimiento ya representa a 280 millones de integrantes, casi igual que la población norteamericana.