El Presidente respaldó a Guzmán pero no se sabe qué pasará con Basualdo
En Portugal, tuvo gestos de respaldo hacia el ministro de Economía, pero sectores del cristinismo dicen que la disputa por el alcance del aumento de tarifas todavía no se resolvió
9 de mayo de 2021
Las crónicas de los periodistas enviados a seguir el viaje del presidente Alberto Fernández por Europa coinciden en que tuvo permanentes gestos de respaldo al ministro de Economía, Martín Guzmán, en medio de la puja que mantiene con el cristinismo duro por la magnitud del aumento de tarifas eléctricas en el AMBA.
Guzmán pretende incrementarlas 9% ahora y al menos 15% en el segundo semestre. El cristinismo se opone a realizar ese ajuste antes de las elecciones, porque considera que espantará votos en principal electorado, el del conurbano bonaerense.
Por eso la vicepresidenta Cristina Kirchner ordenó salir a respaldar al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, cuando desde el Ministerio de Economía le pidieron la renuncia.
Esta es parte de la crónica del enviado de Clarín, que coincide en líneas generales con el de La Nación:
"Vení conmigo Martín", le dijo Alberto Fernández. El Presidente se apuraba a subir al Mercedes Benz último modelo que lo esperaba en la puerta del hotel que aloja a la comitiva oficial, y que lo trasladaría al Palacio de Belem, la histórica residencia del presidente portugués declarada monumento nacional en el 2007.
Martín Guzmán, que dejó antes de embarcar el sábado por la noche en el aeropuerto de Ezeiza a su peor semana como ministro, se subió al Mercedes junto a Fernández, al filo de las 5 de la tarde hora local, y llegaron juntos a la primera actividad oficial de la gira de cinco días que tiene a Lisboa como primera escala y que incluye, hasta el viernes, Madrid, París y Roma.
El gesto presidencial de subir a Guzmán a su primer traslado oficial -los esperaba Marcelo Rebelo de Sousa en la residencia de Belem- por las calles de una Lisboa amigable y primaveral, que atraviesa desde hace un par de meses un desconfinamiento total por el COVID, coloca al ministro de Economía en un primerísimo plano de una gira enfocada especialmente en la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario primero, y luego con el Club de París.
El papel protagónico de este Guzmán europeo busca contrarrestar el desgaste sufrido por el ministro en la última semana por el rumbo de la política económica, cuyo broche de oro fue la decisión, hasta ahora fallida, de renunciar al subsecretario de Energía, un funcionario de tercera línea que responde directo a La Cámpora, célebre por estos días.
En la comitiva presidencial, el affaire Guzmán-Basualdo fastidia. Se trata, tal vez, de uno de los temas menos agradable de la política doméstica. No solo por los funcionarios en sí: si no por la eterna discusión de liderazgo en el seno de la coalición.
"Es un tema terminado. Fue mucho más ruidoso en los medios de comunicación que lo que pasó en verdad. Con Martín hay una intensa agenda de trabajo", se excusaron en esta ciudad desde el entorno presidencial. A Guzmán, confían en la delegación, cada vez que le mencionan a Basualdo, se le transforma la cara.
Este lunes, Guzmán, que aterrizó en Lisboa con un puñado de colaboradores que lo siguen a sol y sombra, tendrá a media mañana hora local su única reunión en la capital portuguesa por fuera de la agenda presidencial. Se trata del encuentro que mantendrá con João Leão, el ministro de Finanzas del gobierno, un funcionario de peso del que el ministro argentino pretender conseguir respaldo en la renegociación con el Fondo. Es el rol principal de Guzmán durante esta semana. Leão era el único ministro de las Finanzas con el que no se había entrevistado durante su última gira, antes de que estallara su puja interna con Basualdo, y que lo llevó por Alemania, España, Francia e Italia. "Ahora queremos terminar de cosechar ese trabajo, y obtener el respaldo de los presidentes", aseguran desde la delegación.