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23 de noviembre de 2024
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¿Desaparecen metales raros?
Geólogos europeos analizaron las reservas de plata, indio y tantalio y advirtieron que están a punto de desaparecer debido a su excesivo uso industrial
12 de junio de 2007
El ascendente nivel de vida de una población creciente demanda como nunca antes materiales de los que sólo la Tierra puede proveernos y que estamos utilizando indiscriminadamente, sin posibilidad de reponerlos.

Hazel Prichard, geóloga de la Universidad de Cardiff, Gran Bretaña, advirtió que anualmente se dispersan toneladas de platino en las calles y las rutas, por lo que está buscando sitios en los que esté concentrado para recuperarlo.

Los convertidores catalíticos que mantienen los contaminantes de autos, camiones y colectivos en un nivel aceptable usan platino, y con los años se pierde lenta, pero constantemente, por los caños de escape.

Uno de sus primeros blancos son los contenedores de las máquinas que limpian las calles.

El platino no sólo es un componente vital de los convertidores catalíticos, sino también de las celdas de combustible y sus existencias se están agotando. Si los 500 millones de autos en uso se reequiparan con celdas de combustible, las pérdidas operativas agotarían las fuentes de platino del mundo en 15 años.

A diferencia del petróleo o los diamantes, no existe una alternativa sintética para el platino. Pero no sólo el platino se está usando a un ritmo alarmante. Lo mismo ocurre con otros metales raros, como el indio, que se está gastando en cantidades sin precedente para hacer LCD para las pantallas planas de TV, y tantalio, para hacer dispositivos electrónicos compactos, como los teléfonos celulares.

¿Cuánto durarán las reservas de uranio en la era nuclear? Las reservas de elementos como el zinc, el cobre, el níquel y el fósforo, utilizado en los fertilizantes, se acabarán en un futuro cercano.

El consumo global de la mayoría de los metales preciosos no se conoce con certeza. Las compañías mineras guardan en secreto las cantidades existentes de metales raros, como el indio y el galio.

Gobiernos e investigadores ahora se están dando cuenta de que podría haber un problema.

El equipo dirigido por Armin Reller, de la Universidad de Augsburg, Alemania, afirma que tenemos como mucho diez años antes de que se termine el indio. La escasez podría reflejarse en su precio: en 2003, el kilo se vendía a unos 60 dólares; en 2006, el precio del kilo llegó a 1000 dólares.

Los geólogos europeos calcularon los costos de nuevas tecnologías según los materiales que utilizan. Coincidieron en que el ascendente nivel de vida de una población creciente demanda como nunca antes materiales de los que sólo la Tierra puede proveernos.

Es más: las limitaciones de materia prima podrían indicar que no vale la pena desarrollar ciertas tecnologías. Por ejemplo, el galio se usa para fabricar un material semiconductor en el corazón de celdas solares que prometen ser el doble de eficientes que las convencionales.

Un reciente informe concluye que las reservas actuales no permitirían una contribución sustancial de esas celdas a la futura oferta de energía solar.

Y otros cálculos dan resultados alarmantes: sin un mayor reciclaje, el antimonio, presente en los materiales aislantes, se acabará en 15 años; la plata, en diez, y el indio, en cinco. Más estimaciones indican que el zinc podría terminarse en 2037 y el terbio, que se usa en las lámparas fluorescentes, podría terminarse en 2012.