Viajaron a Bariloche y 43 de 45 volvieron contagiados de Covid
Son egresados de un colegio de Pigüé, en el sur bonaerense. Aseguran que tomaron todas las medidas preventivas antes y durante el viaje
22 de enero de 2021
Sabían que era un riesgo, pero decidieron enfrentarlo juntos. La ilusión por completar el viaje que venían planeando desde hace tiempo y en un momento creyeron perdido, pudo más.
Ahora casi todos están contagiados, aislados y alejados de sus familias y amigos. Y cuentan los días para volver a juntarse y empezar la nueva etapa de sus vidas, la mayoría, lejos de su hogar.
En Pigüe, el tema de los 43 estudiantes secundarios del colegio Lasalle y la mamá que fueron a Bariloche y volvieron con Covid-19, es lo más comentado entre la población de más de 15.000 habitantes de esta localidad en el sur de la provincia de Buenos Aires.
En redes sociales, muchos los cuestionan por “traer el virus al pueblo” o utilizar recursos e instalaciones públicas para examinarlos.
Los padres del grupo, entre ellos varios médicos, están seguros de cómo actuaron en cada uno de los pasos del viaje de egresados que, bajo el sistema de burbuja, pudieron realizar sus hijos.
“Ojalá todos los que regresaran a Pigüe hagan lo que están haciendo ellos”, dijo Alberto Cotarello, director del hospital municipal y papá de una chica contagiada.
Era uno de los escépticos cuando pasó octubre, fecha original del viaje, y no se había podido concretar. Al poco tiempo, la empresa de viajes Surland que contrataron hace dos años en Bahía Blanca los convocó a un par de reuniones en las que comenzaron a conversar sobre las condiciones para que los egresados pudieran viajar, tras la autorización del gobierno.
“Sabíamos que iba a ser difícil que no volvieran con un positivo, pero hicimos todo pensando en cuidarlos y cuidarnos”, explica Cotarello.
Recordó que inicialmente les pedían solo dos semanas de aislamiento antes de la partida, prevista para el 4 de enero. A horas del Año Nuevo, el gobierno de Río Negro los sorprendió con la exigencia de testeos negativos de PCR o rápidos.
“Los testeamos en el hospital municipal, con todos los recaudos, los padres presentes y el personal de salud, pero sin reclamarle un esfuerzo extra a nadie”, aclara Cotarello.
Los 46 testeos, 44 a estudiantes del Lasalle, a una alumna del colegio Niño Jesús y a la mamá que viajó de acompañante, dieron negativo y así lo informaron a la empresa en Bahía Blanca.
Para el regreso, habían reservado testeos y convenido un aislamiento preventivo, que no está exigido por protocolo.
“Nunca imaginamos que lo iban a transitar casi todos contagiados”, reconoce el profesional, desde una quinta donde debió trasladarse, para que su hija y tres compañeras permanezcan aisladas en su casa de la zona urbana de Pigüe.
Mientras los jóvenes estuvieron en Bariloche, todo fue goce y alegría. Y mucho control. “Fue terrible el orden. Nunca lo vi. Toma de temperatura y alcohol antes y después de cada excursión, en los micros y a la noche en los boliches.
Así pudieron hacer todas las actividades previstas”, resalta Marina Trujillo, la mamá que viajó como acompañante del grupo.
Un poco por el cansancio de cada una de las ocho jornadas y otro por precaución, la mayoría pasó de largo los desayunos en el hotel, donde todo el personal usaba barbijo de forma permanente. “En todo momento nos sentimos protegidos, hasta cuando íbamos a comprar chocolate”, asegura Marina desde su casa donde está aislada con su hija de 18 y una compañera.
Horas antes de la vuelta, la hija de Cotarello lo llamó para decirle que cuatro compañeras tenían el virus y otra había perdido el olfato.
Las cinco volvieron el sábado pasado en un micro con otros 22 contagiados, entre alumnos y coordinadores, de colegios de Bahía Blanca.
El resto lo hizo en otros ómnibus, donde solo 2 ó 3 jóvenes manifestaron algún síntoma, a lo largo del viaje que sobrellevaron gran parte durmiendo.
rob