La pandemia de coronavirus ya provocó más de 408 mil muertes en los Estados Unidos, que lidera por lejos el ranking de contagios, con más de 24,5 millones de casos.
Ante ese cuadro, el flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que los pasajeros que lleguen deberán pasar por una cuarentena, en el marco de una serie de decretos para contener la pandemia. "Además del uso de mascarillas, todos aquellos que viajen a Estados Unidos desde otro país deberán realizarse una prueba antes de subirse al avión y hacer una cuarentena cuando lleguen", informó Biden en una conferencia en la Casa Blanca.

La exigencia de una prueba ya había sido ordenada por el gobierno anterior, pero el aislamiento era solo una recomendación.

En su primer día completo en la Presidencia estadounidense, Biden explicó que su estrategia se puntualizó para contrarrestar el "fracaso" de la administración Trump y actuar con "la urgencia, el enfoque y la coordinación" que Estados Unidos "necesita".

"Nos llevará meses cambiar las cosas", reconoció, antes de asegurar que, no obstante, el país "saldrá de esto".

"Derrotaremos esta pandemia. Y para una nación que espera acción (...) la ayuda está en camino", prometió.

La medida es una de las tantas que anunció en las últimas horas para combatir la segunda ola de contagios. Ya en la campaña presidencial había prometido decisiones mucho más agresivas para frenar el virus de las que tomó su predecesor, las que incluyen normas de salud pública.

Una es acelerar el ritmo de vacunación de los estadounidenses contra el coronavirus, proporcionando más fondos a las administraciones estatales y locales y estatales, creando más puntos de vacunación.

También aumentar la realización de pruebas para detectar el coronavirus, algo a lo que Trump se mostraba reacio por considerar que sólo hacía aumentar las estadísticas negativas de incidencia de la enfermedad.

Ya el miércoles Biden anunció la obligatoriedad del uso de mascarillas en áreas federales y lanzó el reto de emplear el tapabocas durante 100 días, el mismo tiempo que se ha dado para lograr la vacunación de más de 100 millones de estadounidenses.