El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, encendió hoy una mecha de violencia política al asegurar en un acto con sus partidarios en las afueras de la Casa Blanca que nunca admitiría que perdió las elecciones. "Nunca nos rendiremos. Nunca concederemos", dijo Trump a la multitud que lo vitoreaba. "Vamos a detener el robo", añadió.

Al rato, se desencadenó la violencia contra el Capitolio, cuando sus fanáticos intentaron entrar y lograron impedir que se certificara el triunfo demócrata en las presidenciales.

Trump volvió a instar a su vice, Mike Pence, a no certificar la victoria electoral del demócrata en la sesión del Congreso que finalmente fue suspendida por los serios incidentes en el Capitolio, tomado por seguidores trumpistas.

"Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones. Tiene el derecho absoluto de hacerlo”, sostuvo, alegando nuevamente supuestas maniobras fraudulentas en los comicios de noviembre pasado. Aunque sin precisiones, como hizo hasta ahora.

"Mike Pence tendrá que ayudarnos, y si no lo hace, será un día triste para nuestro país", agregó Trump, tildando de "débiles" a los legisladores republicanos que planeaban certificar a Biden.

Miles de simpatizantes trumpistas inundaron las calles de Washington este miércoles -algunos llegaron el martes- para protestar. Con las tensiones políticas en su punto álgido, el centro de la capital de Estados Unidos mostraba una fuerte presencia policial y muchos dueños de negocios, por temor a enfrentamientos, habían tapiado puertas y ventanas.
Las denuncias de fraude de Trump fueron rechazadas por varias cortes y el Colegio Electoral certificó el diciembre la victoria del ex presidente demócrata, que el 20 de enero debe instalarse en la Casa Blanca. El Congreso debía reunirse este miércoles por la tarde para registrar formalmente la victoria de Biden. El resultado de esta obligación constitucional está fuera de toda duda: el demócrata se convertirá en presidente.

Pero Trump, quien desde antes de las elecciones del 3 de noviembre manifestó claramente que nunca le gustó perder, parece dispuesto a mantener su cruzada.