Taiwan sigue a rajatabla su plan contra el Covid-19
El cierre de fronteras y cuarentena obligatoria, es el punto fuerte de la isla que casi no registra casos autóctonos de contagios
4 de enero de 2021
En este tiempo de angustia, pérdidas y muertes, de desempleo masivo y derrumbe económico, pensemos un momento en ese universo paralelo que es Taiwán.
Durante meses y meses, la vida en la isla ha sido, en una palabra, normal. Y tan normal que asusta: las bodas se vienen realizando sin temores ni trabas, y el público llena los estadios, las salas de concierto y las ferias nocturnas. Taiwán tiene más habitantes que el estado de Florida, pero su número de muertos por Covid-19 se cuenta con los dedos de ambas manos.
El éxito de Taiwán es de los que permanece fuera de los radares, al punto que muchos taiwaneses ahora se preguntan con un nudo en el pecho cuánto más puede durar la buena suerte de su bendita isla.
Para Chen Shis-chung, ministro de salud de Taiwán y jefe de su comando contra la pandemia, ese éxito es la mejor razón que existe para no apartarse ni un ápice de los pilares de la estrategia del gobierno. La isla está cerrada desde marzo para la enorme mayoría de los extranjeros, y quienes logran permiso para entrar, incluidos los taiwaneses que vuelven del exterior, tienen que hacer cuarentena estricta bajo vigilancia durante dos semanas.
Esas murallas han protegido a la isla de un diluvio de contagios, pero también amenazan con aislarla política y económicamente, si el resto del mundo relaja sus protecciones a medida que avanza la vacunación.
Chen dice que es improbable que su gobierno se mueva de esas políticas hasta que las vacunas demuestren ser una duradera protección contra el virus, y sugiere que Taiwán no puede ser como esos lugares donde relajaron las restricciones por presión de la opinión pública, para tener que volver a endurecerlas al poco tiempo.