Especialistas evaluaron a más de mil bebés argentinos de entre 6 y 32 meses. El 25% mostró problemas que pueden resolverse con sencillos ejercicios de los padres
Los padres lo saben y los especialistas se preocupan en subrayarlo: cuando las habilidades de los chicos no avanzan según lo esperado para la edad, algo está ocurriendo y eso puede afectar al desarrollo normal de la inteligencia.
El cuadro no es algo excepcional: uno de cada cuatro bebés no alcanza el nivel deseable para la etapa cronológica que atraviesa.
Es lo que arrojan los resultados del primer test argentino de inteligencia para bebés, un logro del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental del Conicet.
Las investigadoras evaluaron a más de mil bebés y niños de entre 6 y 32 meses de diversos sectores sociales y encontraron que que sólo un 74% alcanza los niveles esperables para su edad, un porcentaje que cae al 64% en los prematuros y a la mitad en bebés con diversas patologías.
"No queremos dramatizar ni patologizar la diversidad. Las dificultades son normales en el proceso de desarrollo, pero advertir a los padres estas cuestiones ayuda a que puedan estimular y corregir ciertas pautas y apuntalar al niño para que aproveche su potencial de inteligencia. Los bebés son una esponja y están ávidos de incorporar conocimientos", dice la doctora Alicia Oiberman.
La Escala Argentina de Inteligencia Sensorio Motriz no evalúa el lenguaje ni apunta a averiguar el Coeficiente Intelectual.
"Su interés está en establecer en qué etapa de su proceso de cognición ubicamos al niño. Evaluamos cuál es la estrategia que utiliza para resolver algunos problemas prácticos que le presentamos. La gente tiende a pensar que el bebé resuelve cosas por instinto, pero los niños piensan y resuelven apelando a su inteligencia práctica", explica.
Entre los chicos que no alcanzaban el nivel esperado para su edad, bastaron algunas recomendaciones para que avancen rápidamente. Sólo un 9% presentó un desfasaje (retraso) y se los derivó a tratamiento psicológico, de estimulación temprana o a interconsulta con neurología.
"El desarrollo normal de la inteligencia en niños pequeños se puede encauzar rápidamente y no es necesario llegar a la etapa escolar para descubrir problemas", destaca la licenciada Mariela Mansilla, miembro de este equipo de abultada experiencia en psicología del desarrollo.
"El 85% de los chicos que seguimos avanzaron en sus niveles de inteligencia a partir de indicaciones sencillas vinculadas a las pautas de crianza y a la calidad de la interacción de los padres con el bebé. A veces, basta con promocionar la autoestima de los padres, otorgándoles seguridad en el rol parental y despejando situaciones conflictivas vividas por ellos, para que los niños salgan adelante con facilidad", aseguran.
Aunque las especialistas admiten que el tema "es muy técnico y difícil de advertir" destacan que "los padres saben" y muestran un dato: "el 80% de las mamás que trajeron a sus bebés tenían alguna inquietud, algo que observaron o un tema que las preocupaba".