Un nuevo escándalo de corrupción roza al presidente de Brasil. Su hermano fue involucrado en una investigación por juego clandestino y venta de influencias
La Policía brasileña allanó la residencia del hermano mayor del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, Genival, apodado "Vavá".
El procedimiento formó parte de la megaoperación "Jaque mate".
El mandatario se encontraba en Berlín, donde participó junto a China, India y Africa del Sur como invitado de la cumbre del G-8 (las mayores potencias más Rusia) en Alemania.
Los sabuesos federales le iniciaron ayer un proceso al hermano mayor presidencial por tráfico de influencias y explotación de prestigio.
La gran redada policial se proponía desnudar una gavilla, compuesta por prominentes hombres de la sociedad, que operaba en el narcotráfico, juegos ilegales y la corrupción. De esa acción resultaron detenidas 77 personas, entre ellas el empresario Dario Morelli Filho, que tiene un hijo apadrinado por el presidente brasileño.
Con la redada "Jaque mate", los federales pretendían revelar, entre otros delitos, casos de contrabando de componentes electrónicos utilizados para fabricar en forma ilegal máquinas tragamonedas.
Para el presidente fue un golpe inesperado en medio de una gira ambiciosa que incluyó Londres y Nueva Delhi.
Dicen que tras abandonar la capital de la India Lula ya sabía de la acción contra su hermano al aterrizar en Berlín, donde mantendrá bilaterales con el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, el premier canadiense,Stephen Harper, la jefa de gobierno de Alemania, Angela Merkel, el primer ministro italiano, Romano Prodi, y el presidente mexicano, Felipe Calderón.
Los federales dijeron que el allanamiento de la casa de Genival surgió por la investigación de vínculos entre dos mafias: una dedicada a tragamonedas y otra que explotaba otros juegos de azar y corrompía a funcionarios, "especialmente a policías".
Momentos antes de despegar de Nueva Delhi, Lula reveló que él descree de los vínculos de su hermano con delincuentes.
"No me parece que Vavá esté involucrado en cualquier cosa. Ahora, como presidente de la República, si la Federal tenía autorización judicial y aparecía el nombre de él, entonces paciencia", se resignó.
Lula manifestó un "gran cariño" por Vavá, de 70 años, a quien definió como "una especie de persona que se ocupa de los problemas de todo el mundo".