A más de dos años de su sanción, la Ley del Ruido fue finalmente puesta en vigencia.

Desde ahora, todos los vehículos, boliches, fábricas y cualquier fuente emisora de ruidos tendrá dos años para ponerse a tono con los parámetros que marca la nueva regulación.

Uno de los cambios se notará en las alarmas de los autos que sólo podrán sonar un minuto y no más de tres veces.

El ministro de Medio Ambiente porteño, Juan Manuel Velasco, explicó que para aplicar la norma "se dividió la Ciudad en zonas, y para cada una hay una emisión de decibeles tolerada, según sean áreas residenciales o comerciales".

"Se estableció el tope para la emisión de ruidos tanto al interior como al exterior de un ambiente. Si alguien hace una fiesta en su casa deberá cumplir con el máximo de su área. Otro avance es que la ley nos permite actuar de oficio para controlar a colectivos u otros vehículos. Antes sólo podíamos hacerlo por denuncias de vecinos", indicó.

Unos 120 empleados controlarán que la ley se cumpla en la Ciudad. En el caso de los vehículos (la causa más frecuente de contaminación acústica) la norma establece diversos topes, según el tipo de automotor, que van de 77 a 86 decibeles tipo A (los que percibe el oído humano).

Para tener un parámetro, una conversación normal entre dos personas en un ambiente silencioso va de 40 a 60 dBA; una TV con el volumen a la mitad ronda los 40 a 50 dBA; y un auto en buen estado circulando a velocidad normal oscila entre los 60 y 70 dBA.

A partir de esta ley, las alarmas de los vehículos y casas tendrán un tope, de 70 dBA. Deberán sonar un minuto como máximo y no podrán activarse más de tres veces, con intervalos de 30 segundos.

Como medida importante, tampoco podrán sonar por cualquier motivo, es decir, si alguien toca un auto sin querer o a propósito. En los manuales de cada alarma deberán figurar los decibeles permitidos de cada dispositivo.

Por su parte, las sirenas de patrulleros, ambulancias y autobombas no podrán superar los 90 dBA, y tendrán que estar conectadas con el velocímetro. El tope de emisión sólo podrá alcanzarse cuando el coche ande a más de 50 km/h. En caso de ir más lento, el ruido deberá disminuir a 70 dBA.

Además, las obras en construcción también serán revisadas, según la promesa del Gobierno. En caso de trabajar de noche, primero deberá pedirle permiso a la Dirección de Política Ambiental y tendrá que justificar si la obra es realmente necesaria, y aclarar cuánto tiempo tardará y qué volumen de ruidos producirá. Deberán esperar la respuesta positiva para comenzar la obra.

Mientras que los boliches, las fábricas, los teatros y todos los establecimientos que generen ruidos deberán anotarse en un registro especial que manejará Política Ambiental y la mayoría de ellos seguramente tengan que realizar obras de insonorización.

En caso de no respetar los decibeles máximos, las multas serán de 200 a 50.000 pesos, más clausuras y otras sanciones, según qué tipo de falta haya cometido. La pena llega a 100.000 pesos si se trata de una industria, comercio o local recreativo.