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21 de noviembre de 2024
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El 40% de empleadas domésticas perdieron el trabajo en pandemia
El dato corresponde a la Ciudad y solo a las que tienen domicilio porteño. Pero la mayoría habita en el conurbano y la pérdida habría sido mayor
12 de octubre de 2020
En la Ciudad de Buenos Aires viven unas 76.500 empleadas domésticas. Y en el segundo trimestre, unas 27.500 quedaron sin ocupación, casi en su totalidad entre las que trabajan en la informalidad, sin descuento jubilatorio, según la Dirección de Estadística y Censos porteña.

Pero el dato empeora si se tiene en cuenta que la mayoría de las empleadas domésticas que trabajan en la Ciudad tienen su hogar en el conurbano. En esos casos las pérdidas de empleo habrían sido mucho mayores, porque quedaron inhabilitadas para trasladarse a la Capital.

Con relación al primer trimestre, mientras la reducción de la población ocupada porteña fue del 18%, “la merma en servicio doméstico es aún más profunda (superior al 40%)”. La Dirección reconoce que “la contracara de la situación es la dificultad de los hogares contratantes para continuar con el pago de salarios a sus trabajadoras domésticas, en un contexto de disminución de ingresos y pérdida de empleo, sin contar en estos casos con la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción”.

Por tratarse de “una rama de actividad de las más altamente precarizadas, la no asistencia al trabajo -forzada por las medidas preventivas- implica en muchos casos la vulneración de derechos laborales y la reducción del ingreso a cero, sin la protección de un seguro de desempleo ni seguridad sobre el retorno al trabajo cuando se levanten las restricciones”, señala el informe.

La Ciudad habilitó el regreso al trabajo de las empleadas domésticas, siempre y cuando trabajen en un solo domicilio. Y no podrán usar el transporte público.

La reducción del empleo se produjo casi completamente entre las que trabajan sin descuento jubilatorio. Con esa quita, se desempeñan apenas 23.500 empleadas, el 31% sobre 76.500 ocupadas. El 69% restante trabaja en la informalidad.

En cambio, las que tienen registro en la Seguridad Social a través de su empleador, tuvieron mejores posibilidades de mantener su puesto, incluso cuando más de la mitad no concurrió por la cuarentena.

De las 76.500 empleadas porteñas, el 9,3% lo hace sin retiro o “cama adentro”, es decir que la amplia mayoría reside en sus propios hogares. Según el Informe, el 37,6% de las que trabajan con retiro son migrantes internacionales, entre las que tienen más peso las de nacionalidad paraguaya. Otro 34,6% son migrantes internas, por lo que más de siete de cada diez personas residentes en la Ciudad que trabajan en servicio doméstico nacieron en otro lugar”.

Por su parte, “el 59% de las mujeres que se desempeñan en esta actividad ‘con retiro’, son jefas de hogar y residen en hogares sin presencia de cónyuge (74%). El 18,7% vive en hogares extendidos o compuestos, es decir, en los que además del núcleo conyugal residen otros familiares o no familiares. Los datos anteriores ponen de manifiesto el alto porcentaje de trabajadoras a cargo de un hogar.

El Informe concluye que en CABA “para el 2019, el 15,3% de los hogares estaban en condición de pobreza, pero cuando se trata de los que tienen jefatura ocupada en servicio doméstico, el guarismo se dispara al 46,7%. Involucra a más del 56% de la población en hogares con jefa ocupada en servicio doméstico. Esto evidencia la vulnerabilidad que tienen estas trabajadoras y las severas implicancias que puede tener la pandemia en sus condiciones de vida”.