El ingreso de divisas alcanzó los US$ 2.344 millones. El monto liquidado desde inicios de año asciende a US$ 9.307 millones, 13,1% debajo del mismo período de 2019
Durante junio, el mes en que se sintió más duro el golpe del coronavirus, el complejo agroexportador ingresó divisas por US$ 2.344 millones, un 20,5% más que en mayo.
El ingreso de divisas de junio creció 5,63% con relación al mismo mes del 2019, cuando se habían liquidado 2.200 millones de dólares.
Según el informe de mayo pasado “Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario” del Banco Central (BCRA), “durante noviembre y diciembre pasados el sector (oleaginosas y cereales) vendió de forma neta US$ 4.600 millones (suba interanual de 84%, básicamente por los mayores ingresos por anticipos y prefinanciaciones del exterior, cuyo stock de endeudamiento se viene cancelando el 2020), y los registros de ventas externas (que definen el pago de derechos de exportación) de todo 2019, estuvieron por encima de las exportaciones del año por unos US$ 8.500 millones”.
El monto liquidado desde comienzos de año asciende a 9.307.245.958 dólares, que resulta, por el mismo motivo, inferior en 13,16% al acumulado en los primeros seis meses del 2019.El ingreso de divisas de junio último se produjo a pesar de la caída internacional de precios de los commodities, aceites y sus derivados industrializados por la pandemia mundial del COVID-19; la bajante persistente del río Paraná que dificulta el tránsito (hubo varios barcos varados) y la carga de buques en la zona del Gran Rosario, en la provincia de Santa Fe; y la ralentización de las operaciones por la aplicación de los estrictos protocolos sanitarios en el proceso de exportación.
La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial.
La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas.
Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas.
En este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países.
Un aporte clave en tiempos de pandemia El complejo oleaginoso-cerealero aportó en 2019 el 40,78 % del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC.
El principal producto de exportación del país es la harina de soja (13,5 % del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 50%.