El CEO a nivel mundial de Skanska ya está en la Argentina para ponerse al frente del escándalo por evasión fiscal y presunto pago de coimas en que está envuelta la firma.

El presidente de la constructora sueca, Stuart Graham, admitió que el escándalo tiene "efectos devastadores", aunque aseguró que encabeza una firma "limpia" y que sus integrantes no son "corruptos".

"Skanska es seria. Aceptamos la responsabilidad por esas personas porque trabajaban para nosotros. Pero no somos corruptos. Tengo un compromiso personal con la lucha contra la corrupción en los negocios de la construcción. Usted puede imaginar lo
devastador que es para nosotros esta situación en la Argentina. Hay un pequeño grupo de gente que se apartó de nuestros procedimientos y está dañando, atacando nuestro nombre", explicó Graham.

El ejecutivo se pronunció así en referencia a los ex integrantes de Skanska que son investigados por la Justicia en casos de presunta evasión impositiva agravada y de supuestas coimas.

Graham reiteró que Skanska "no pagó coimas", atribuyó los presuntos pagos ilegales a ex gerentes y ratificó que no saben adónde fue ese dinero ni "quién está detrás".

"Nosotros pagamos lo evadido y las multas. Sabemos que salieron 17 millones de pesos mediante facturas por servicios que no se brindaron a Skanska. No sabemos adónde fue ese dinero. Y creo que la Justicia tampoco lo sabe", dijo.

Además, indicó: "hemos encontrado siete personas, las echamos y cooperamos con la Justicia".

Señaló que para la firma, las personas involucradas son "los ex gerentes Javier Azcárate, Héctor Obregón, Eduardo Varni, Sergio Zarega, Roberto Zareba, Juan Carlos Bos y Alejandro Gerlero".

Según dijo, cuentan con "evidencias" contra esos ex directivos pero desconocen la "ruta del dinero".

Confirmó por otra parte que el auditor Claudio Corizzo "sigue" en la compañía y que "no es un mal tipo".

Graham aseguró que "no hay ninguna conexión entre la casa matriz y la nueva gerencia de Skanska de Argentina y Latinoamérica con lo que pasó".

El ejecutivo admitió además que "en todos los países hay gente que ve un contrato de construcción como un gran botín de dinero del que pueden sacar algo".