El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue sin entender el desafío al que se enfrenta la humanidad por el coronavirus. Para él, se trata de una "gripecita".
Por eso, los gobernadores de San Pablo y de Río de Janeiro se pusieron al frente de la crisis sanitaria y económica en la que la pandemia del coronavirus hundió a Brasil y anunciaron frenéticas medidas para mitigar la propagación, con críticas a lo que consideraron un errático liderazgo de Bolsonaro, que volvió a minimizar la gravedad del Covid-19.

Con cámaras empresariales que reúnen shoppings, bares y restaurantes anticipando el pronto despido de unos 5 millones de empleados, el Ministerio de Economía redujo a cero su previsión de crecimiento este año, desde un previo de 2,1%.

Con el nerviosismo político y social creciendo ante los 11 muertos causados por la pandemia y advertencias de colapso en el sistema de salud y picos de contagios para abril y mayo, centros de investigación económica como la privada Fundación Getulio Vargas prevén que la mayor economía de América Latina podría sufrir una enorme retracción, de más de 4% este año.

Buscando recuperar la iniciativa en un escenario que muestra caída de popularidad y un descontento expresado con cacerolazos, Bolsonaro realizó una reunión virtual con empresarios, en la que escuchó sugerencias para cuidar la salud de la población e intentar evitar lo que parece inevitable, una profunda recesión en el país, con millones de nuevos desempleados y empresas arruinadas.

“Brasil necesita continuar moviéndose, sino una catástrofe se aproximará de verdad. Tenemos que tomar medidas, pero sin histeria. El desempleo va a crecer, pero si crece mucho otros problemas colaterales surgirán, mayores que el del virus que está ahí”, dijo el presidente, recordando que la Constitución garantiza el derecho de las personas a moverse libremente en el país.

“Hay ciertos gobernadores que están tomando medidas extremas, que no les compete a ellos, como cerrar aeropuertos, cerrar carreteras, no les compete. Cerrar shoppings, cerrar ferias”, se quejó.

Joao Doria, gobernador de San Pablo, adoptó nuevas medidas drásticas en el estado más rico y poblado de Brasil, que ya se encuentra en calamidad pública debido al Covid-19, y anunció el cierre de parques, comercios no esenciales y la venta de alcohol en gel a precio de costo.

“Estamos haciendo aquello que él (Bolsonaro) no hace: liderar el proceso, la lucha contra el coronavirus, establecer informaciones claras, no minimizar procesos, comprender la importancia de respaldo de la información científica, del área de la medicina”, dijo Doria, ex aliado del presidente.

El mandatario de San Pablo, también, dijo que los gobernadores de los 26 estados de Brasil y el Distrito Federal se reunirán el lunes para tomar medidas en conjunto. “Cuando actúa, actúa mal”, opinó Doria sobre Bolsonaro, y aprovechó también para criticarlo por el conflicto abierto con China por declaraciones de su hijo Eduardo. “Avergüenza a los brasileños con la declaración prejuiciosa sobre el socio comercial más importante de Brasil”, agregó.

El ministro de Salud del gobierno federal, Luiz Henrique Mandetta, cuya actuación ante la crisis es elogiada incluso entre opositores, previó en tanto que sólo en septiembre comenzará a bajar la curva de contagios. Mandetta pidió dejar de lado cualquier acto de xenofobia contra ciudadanos chinos y advirtió que el sistema de salud de Brasil podría sufrir un colapso a partir de abril, cuando la tasa de contagios aumentará significativamente. El país tiene miles de favelas en las que viven millones de personas sin saneamiento ni cloacas, un sistema sanitario amplio pero precario, cárceles superpobladas y una abismal desigualdad social.

Bolsonaro afirmó que se realizó dos test para detectar infección por coronavirus y que ambos dieron negativo. El diario Folha de S.Paulo solicitó a la Presidencia copia del examen y no tuvo respuesta. Hasta el momento, 23 personas que acompañaron al mandatario a Miami a inicios de mes dieron positivo por infección de Covid-19.


“No me derrumbó un cuchillazo no lo hará una gripecita”, dijo Bolsonaro.