Hace un siglo, la gripe española mataba a más de 40 millones
Fue la pandemia más devastadora de la historia y aún no se sabe cual fue su origen. Cómo fue aquella catástrofe sanitaria que pegó sobre todo en Europa
14 de marzo de 2020
En tiempos de coronavirus, el mundo se siente amenazado y aparece los recuerdos de otras pandemias.
La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en el mundo, y nunca pudo determinarse siquiera su origen.
Algunos expertos especulan con que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917 -cuando la Primera Guerra Mundial ingresaba en zona de definciones-, mientras otros estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort Riley (EE.UU.) el 4 de marzo de 1918 -siete meses antes del final de ese conflicto bélico-. La llamaron Española porque tras registrarse los primeros casos en Europa, la gripe desembarcó en España, un país neutral en la I Guerra Mundial que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias a diferencia de los otros países centrados en el conflicto bélico.
Ser el único país que se hizo eco del problema provocó que la epidemia se conociese como la Gripe Española.
A pesar de no ser el epicentro, España fue uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.
Salvando por ahora las enormes distancias en cantidad de víctimas, el temible coronavirus arrancó en China, pero ahora está haciendo estragos en Europa -sobre todo en Italia y España-, continente considerado por la OMS como actual epicentro del COVID-19.
La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus.
Lo que sí pudo comprobar la ciencia es que fue causado por un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1.
A diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años -lo cual lo distingue por ahora del coronavirus, que afecta más a los ancianos, pero lo asemeja en que parece tener mucho menos impacto en los chicos. Fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales eran los síntomas propios de esta enfermedad.
La mayoría de las personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonía bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles.
En las autopsias realizadas en 1918 los hallazgos patológicos primarios se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus. Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles.
En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado.
El tratamiento en los periódicos
Los periódicos españoles fueron los primeros en informar sobre una enfermedad que estaba matando a la población.
En el resto de Europa, y a ambos lados de las líneas aliadas, censuraron toda información para no desmoralizar a las tropas ni mostrar debilidad ante el enemigo.
Así, la temible influenza sólo se convirtió en noticia en los países neutrales.
En un primer momento los medios de España intentaron también darle nombre extranjero bautizándola como ‘El soldado de Nápoles’ o ‘La enfermedad de moda’.
Tras informar el corresponsal del The Times en Madrid, el termino "La Gripe Española" se extendería por el resto del mundo a partir del verano de 1918.
Las pandemias más feroces
La peste negra (causada por la bacteria Yersinia pestis) fue una de las pandemias más devastadoras de la historia, y acabó con casi la mitad de la población europea en el siglo XIV.
Hace 100 años, la conocida como gripe española -aunque no se originase en España-, un influenzavirus A, del subtipo H1N1, de la familia Orthomyxoviridae, acabó con la vida de entre 40 y 100 millones de personas, así de amplio es el abanico de cifras, lo cual refleja los problemas en el manejo estadístico y la censura ocurrida hace un siglo sobre finales de la Primera Guerra Mundial.
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) causado por el VIH (un lentivirus de la familia Retroviridae), apareció en los '80 del siglo XX y ya provocó casi 40 millones de muertes, mientras aún no se logró una vacuna para contenerlo, aunque sí medicación para volverlo menos dañino para quienes contraen la enfermedad.