Dinamarca y Noruega quedaron al tope de un ránking internacional en el que la Argentina está mal ubicada. El índice pone a Chile -un país muy desigual- primero en América Latina
Un índice no ajeno a la polémica asegura que la prosperidad global alcanzó su nivel más alto en los últimos diez años, a pesar de que persisten las protestas contra una desigualdad que no cede, como ocurre en Francia o en Chile.
Con Dinamarca a la cabeza, 148 países de 167 durante ese período registraron crecimientos más altos, impulsados por "economías más abiertas y mejores condiciones de vida". El dato se desprende del llamado Indice de Prosperidad del Instituto Legatum 2019, publicado en Londres, que explica que el aumento ha sido motivado por factores como el hecho de que las economías sean ahora "más abiertas y a mejoras vitales en salud, educación y condiciones de vida en todo el mundo".
La prosperidad global sigue mejorando pero la distancia entre los países más fuertes y los más débiles continúa ampliándose.
Es decir, las naciones ricas se hacen más fuertes y las pobres, más débiles.
Dinamarca, Noruega, Suiza, Suecia, Finlandia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Alemania, Luxemburgo e Islandia son los diez países más prósperos, según Legatum.En tanto, Sudán del Sur, Yemen, República Centroafricana, Chad, Afganistán, República Democrática del Congo, Somalia, Eritrea, Burundi y Sudán son los diez con los peores niveles globales.ArgentinaLa Argentina, que pasó tres de los úiltimos cuatro años en recesión, se ubica? en el pelotón del medio, en el puesto 59 y ascendió cuatro lugares con respecto al ránking de 2018. - Según el informe, Argentina “se desempeña con mayor fuerza en libertad personal y salud", pero es más débil en las condiciones que se les ofrecen a los inversores.
- En la categoría “libertad personal" Argentina se ubicó en el puesto número 30.
- En seguridad y protección pasó del puesto 66 (2018) al 93 (2019).
- En libertad personal pasó del 22 al 30 y en capital social del 75 al 113.
- En calidad económica pasó del puesto 110 al 108 y en calidad de gobierno del 64 al 53.
- En educación mejoró desde el puesto 74 al 53, en entorno natural pasó del 79 al 50 y en salud, del 57 al 46.
Factores globales de mejoraSiempre con algunas polémicas, el índice sostiene que las economías son más abiertas por las mejoras en los entornos de inversión y la conectividad digital, así como por la reducción en las cargas administrativas.
El reporte también advierte que si bien las personas son ahora más tolerantes globalmente, hay menos libertad para hablar, asociarse y reunirse.
En la última década, todas las regiones del mundo han experimentado ascensos, dándose el mayor cambio en Asia Pacífico.
Alrededor del mundo, el acceso al mercado y las infraestructuras ha mejorado, con más del doble del acceso a internet y con la banda ancha alcanzando niveles seis veces superiores a los de 2009.
El estudio también revela que las condiciones de vida globales, la salud y la educación han elevado su calidad y se encuentran ahora en sus máximos niveles. De todas las regiones, excepto en Norteamérica, se han notado mejoras en esas tres áreas. Philippa Stroud, consejera delegada del Instituto Legatum, indicó que la prosperidad es "mucho más que riqueza material; también engloba bienestar, seguridad, libertad y oportunidad".
"Pero sin una economía abierta y competitiva, es muy complejo crear bienes sociales y económicos duraderos", advirtió.
Declive en el bienestar institucionalPese a que la prosperidad alcanza un nuevo máximo, el índice alerta de que en bienestar institucional, aunque las regiones de Asia Pacífico, Europa Occidental y América Latina y el Caribe han registrado mejoras, las otras han sufrido un declive, con Oriente Medio y Norte de África (MENA) con el mayor deterioro.
Otros datos revelan que, si bien los niveles de seguridad han repuntado desde 2017 al reducirse la violencia y el terrorismo políticos, siguen estando por debajo de los niveles de 2009.
Sin embargo, durante el mismo periodo el mundo se ha vuelto más tolerante hacia otros grupos sociales, particularmente con la comunidad LGBT.
Stephen Brien, director de política del Legatum Institute, opinó que los hallazgos de este índice "refuerzan también la creencia de que la fortaleza de las relaciones personales y sociales, las normas sociales y la participación cívica, son componentes inherentes y esenciales de una "sociedad próspera".