Hay un nuevo poder en la Argentina. No es peronista, no es kirchnerista, ni cristinista. El "albertismo" empieza a notarse en todas las decisiones adoptadas por el Gobierno, empezando por la ley de emergencia, a la que sólo le faltó legislar sobre la filatelia, como ironizó con su verba siempre filosa el economista Juan Carlos De Pablo.

El 20 de diciembre, el presidente firmó su decreto número 50, donde definicó una nueva "estructura organizativa" del Estado, a su gusto.

Reasignó atribuciones y delegó tareas trascendentales entre el puñado de sus funcionarios de total confianza.
Hay, entre varias, sobre todo una mujer que es cada vez más influyente. Consejera, redactora de las normas que hacen funcionar al flamante Poder Ejecutivo. La titular de la Secretaría Legal y Técnica, Vilma Ibarra -ex pareja del presidente-, junto a la asistencia del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, armaron el nuevo Gobierno.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, es el alter ego del Presidente. Fernández le abrió el juego a sector gubernamentales muy importantes, más allá aun del enorme poder que ya tiene de por sí por ocupar ese puesto de absoluta relevancia.

El decreto 50/2019 en lo que respecta a Cafiero se extiende por varias páginas. Estará a cargo de toda la oficina de compras públicas del Gobierno Nacional.

Según Clarín, el ejemplo más contundente es el del flamante secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. Fernández había anunciado en la conferencia de prensa en la que presentó a su Gabinete que el primer ministro de Justicia y Seguridad de Néstor Kirchner, quien debió renunciar en medio de un escándalo público -mostró en televisión la foto del espía Jaime Stiuso, su enemigo dentro del gobierno- el sábado 24 de julio del 2004. De acuerdo con lo estipulado en el decreto 50/2019, Beliz tiene como objetivo número 1 el de "Asistir a la Presidencia de la Nación en el establecimiento y seguimiento de los temas prioritarios y estratégicos para el desarrollo nacional".

Beliz tiene ahora el poder que parece mezclarse con el de un canciller, es un asesor privilegiado del Presidente, y hasta podrá influir en el pedido de préstamos de dinero de parte de los organismos internacionales, es decir, un virtual Secretario de Finanzas. Debe coordinar las cumbres internacionales del Presidente".

El Presidente delegó en él una cuestión trascendental: el secretario Beliz es quien trabajará "en las relaciones, negociaciones y representación del país con los bancos y organismos multilaterales y bilaterales de crédito y de asistencia técnica". Beliz es algo así como un funcionario "ninja".

El secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, viejo amigo de Fernández, es quien ahora tiene bajo su control la seguridad del Presidente y su familia. Controla la dinámica de la Casa Rosada y la Quinta Presidencial de Olivos.

Organizará los viajes de Fernández por el mundo y por el interior del país. Podrá intervenir en los sistemas informáticos de los ministerios siempre que él lo sugiera, y tendrá a cargo esas mismas tecnologías en lo que respecta al área presidencial.

Será interlocutor con los movimientos sociales. Liderará los enlaces con el Poder Legislativo. Y tendrá a cargo, entre más responsabilidades, la digitalización de los expedientes del Gobierno.

Incluso el decreto 50/2019 le otorgó poder sobre un área siempre conflictiva del Estado: "los servicios aduaneros", dependientes de la AFIP.

Uno de los funcionarios que más tiempo pasa con Fernández es el Secretario de Medios, Juan Pablo Biondi. El decreto 50/2019, le otorgó poder sobre el área de la que es experto, la comunicación. La influencia de esa área también creció respecto a gestiones anteriores. Fernández tiene un jefe de asesores muy particular. Se llama Juan Manuel Olmos. Lo acompaña todo el día a todos lados. Lo asesora en mil temas. Es aun de más bajo perfil que Beliz. Pero tiene nexos con la oposición como pocos en el Gobierno. Es otro de los "hombres del Presidente". El trabajo y la influencia que está tomando la titular de la Secretaría Legal y Técnica, Vilma Ibarra, es cada vez más importante para Fernández.

No solo redacta cada uno de los decretos presidenciales. También se le otorgaron poderes para asesorar jurídicamente a toda la administración pública nacional si es que algún ente se lo pide. O se determinó que será la representante argentina ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un organismo internacional que estaría por aceptar a la Argentina como uno de sus miembros.