El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la inflación en el nivel nacional en abril fue del 1 por ciento, frente al 0,7 que se había registrado en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

La brecha fue aún más grande si se compara lo que pasó con los precios en el área metropolitana con provincias como Mendoza y San Luis, que, según las propias estadísticas oficiales, cerraron el mes con alzas de 2,4 por ciento y 2,3 por ciento, respectivamente, en el costo de vida.

Al menos en teoría, los acuerdos que impulsan la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Guillermo Moreno, tienen una vigencia nacional. Sin embargo, en abril el rubro alimentos registró en San Luis y Mendoza aumentos superiores al 4 por ciento, lo que deja en claro que los controles no parecen ser iguales en todos los distritos.

Así como los controles de precios no tienen la misma eficiencia en Buenos Aires que en el interior, tampoco parece muy federal la forma en que se aplican los subsidios al transporte. De hecho, en la Capital Federal ese rubro registró una leve suba del 0,4 por ciento contra el 1,9 de Córdoba o el 2 de Santa Fe.

Otra posibilidad es que la diferencia entre la evolución de la inflación en Buenos Aires con respecto al resto del país se explique no tanto porque los controles sean más laxos en el interior sino más bien porque los organismos encargados en cada provincia de relevar los precios no hayan adherido a flexibilizar su metodología de trabajo, como de hecho lo hizo el Indec que releva la inflación en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

"Según nos dijeron los técnicos del IPC, en esas provincias las direcciones de estadística no adhirieron a la política de manipulación de precios. Como bien dicen ellos, mantienen la independencia respecto de las directivas de Paglieri", dijo Raúl Llaneza, uno de los delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el Indec.