La modelo británica Kate Moss encontró un nuevo motivo para atraer la atención desmedida de la prensa: su nuevo trabajo como diseñadora.

A tan solo una semana de haber lanzado su ropa para la cadena británica Topshop, la delgada y exótica rubia tuvo enormes dividendos e incluso vio recuperado el capital invertido.

Topshop le había pagado a Moss tres millones de libras por sus diseños pero esa plata ya es parte del pasado. En los primeros siete días ganó 500 mil libras más que esa inversión inicial (u$s6,8 millones).

Según las tiendas, las prendas hechas por Kate son furor y "superó todas las expectativas" según portavoces de la cadena británica.

Este triunfo profesional -uno más en la carrera de la modelo- representa una especie de "venganza" de Kate para sus detractores, quienes una y otra vez pronosticaron que luego de su relación con Pete Doherty y de la publicación de fotos consumiendo cocaína, su vida estaba terminada en el plano laboral. Kate, sin embargo, volvió a resurgir aún con mayor fuerza.