Sostienen que el control de cambios es clave para estabilizar el precio del dólar y los ingresos de la gente. Apuestan a que las restricciones continuarán después de diciembre
Las restricciones cambiarias que lograron estabilizar al dólar llegaron para quedarse.
Esa es la conclusión de los economistas.
El control de cambios que el Gobierno fijó para tratar de contener la salida de dólares de las reservas hasta el fin de su mandato "ha llegado para quedarse y lo más probable es que tengan que ser reforzados", dijo el último informe que el Estudio Broda.
Y la mayoría de los economistas coincide con esa apreciación. "Probablemente la próxima gestión los mantenga para acotar la volatilidad cambiaria y reducir la tasa de interés, partiendo de una inercia nominal complicada", completa Federico Furiase, de Eco Go. En el estudio Broda creen que los desembolsos pendientes del FMI no modifican la situación. "Aunque lleguen los US$5.400 millones en este mes, al Tesoro todavía le faltarían unos $400.000 millones de pesos para cerrar el programa financiero 2019. Si no llegara el dinero del Fondo, "además de cubrir ese agujero en pesos, al Tesoro le faltarían US$5.000 millones de dólares para cubrir la caja en dólares".
"El activo que tiene que cuidar cualquier gobierno en general, y el Banco Central en particular, es la confianza. Y eso es lo que se ha roto en las últimas semanas", explica Bárbara Guerezta Echagüe, de Arriazu Macroanalistas. La economista añade que "la situación del Banco Central seguirá siendo frágil, como lo es desde hace al menos 10 años".
La confianza en los activos argentinos, para Gabriel Zelpo, de Seidos, será prioritario. "Los beneficios a corto plazo genera problemas en el largo por lo que esto va llevando a controles cada vez más intensos", interpreta. Según Zelpo, cortar la salida de dólares impide también la entrada de dólares. Por lo pronto, y a causa de la recesión, la balanza comercial comienza a dar resultados positivos. Más por la caída de las importaciones (consumo, bienes de capital e insumos para producir) que por la suba de las exportaciones.
Entre enero y julio, según un informe de la consultora Unexar, la balanza arrojó un saldo positivo de US$6.540 contra un déficit de US$5.636 del mismo lapso del año pasado. Las exportaciones totalizaron US$36.608 millones (3,3% de crecimiento) y las importaciones, US$30.068 millones, lo que representa una caída interanual del 26,8%
Eco Go proyecta una balanza comercial favorable de US$15.300M para 2019 y de US$23.000M para 2020 con una cuenta corriente (ingreso y egresos de divisas) que pasa de un déficit de 1% del PBI en 2019 para converger al equilibrio en 2020. Furiase sostiene que levantar los controles en este contexto es difícil. "El costo político lo pagó Macri y la próxima gestión probablemente los mantenga para acotar la volatilidad cambiaria y no sobre reaccionar con la tasa de interés, por lo menos hasta que logre estabilizar las variables nominales y financieras", dijo.
Martín Kalos, de Elypsis, sostiene que el mecanismo de controles no se puede levantar de buenas a primeras. "Incluso, si se introducen algunas modificaciones, puede convertirse en un camino que facilite una salida para la crisis", subraya. Según este economista, el esquema más razonable es usar la fórmula actual como un punto de partida, que no implique "ir al extremo de la liberalización cambiaria de Macri".
Kalos interpreta que hay reglas y límites que deben continuar y otras que deben adecuarse para evitar mayores perjuicios. "¿Cuáles? El impedimento a las empresas para que puedan girar fondos al exterior. Habría que moderar la regla, por ejemplo, para fomentar las inversiones", completó.
El Estudio Broda recomienda analizar el resurgimiento del dólar blue. "Para evaluar si el control de cambios resulta eficaz (o no).